lunes, 26 de enero de 2009

El mal jamás descansa

Hoy he cumplido tres semanas sin fumar: Melchor, Gaspar y Baltasar se lo están currando para procurar mi plena deshabituación. Ellos, que están todo el día entre camellos, arriba y abajo... La verdad es que no había caído en esa circunstancia (en la de las tres semanas; la de los camellos es evidente para todo aquel que ha sido niño en este país). Pero se me ha venido a la mente porque esta tarde de lunes 26 de enero he debido acudir al centro de salud de Montealegre para que se me administrara una dosis de recuerdo de una vacuna (creo que se llama así a esa cosa con la que te pinchan en un brazo varios meses después de hacerlo por primera vez para protegerte contra alguna enfermedad, y que tiene la virtud de prolongar la vigencia de la inmunidad). Es que en verano estuve en Egipto, que parece que hay que contarlo todo…
Y, sentado mientras esperaba mi turno (haciendo un poco el panoli, la verdad, porque uno tiene la mala costumbre de llegar pronto a sus citas, y allí sólo había niños de meses que dormían y madres de tan tiernos infantes que me miraban con sorpresa, tal vez tratando de averiguar si estaban ante un Saturno que acababa de devorar a sus hijos ‘vacunacantanos’), me he sentido retroceder en el tiempo, a la época en la que en mi Vitoria natal acudía al médico en el ‘ambulatorio’, lo que con el tiempo se ha convertido en ‘centro de salud’.
De esa época me han venido algunas cosas a la mente, cosas que me han estado esperando treinta años, como los fantasmas de Mr. Scrooge. Tal vea la principal ha sido el olor del referido ‘ambulatorio’. Jamás he sabido el significado de esa palabra. De pequeño, que era cuando se usaba, no la pregunté. Ahora, cuando ese término se ha sustituido por el de ‘centro de salud’, sigo manteniendo la misma estúpida felicidad ante su desconocimiento. Es un arcano de nuestros días. Coño, vas allí y te atienden; o, al menos, te hacen caso; o, ni una cosa ni otra, pero vas y charlas un rato con los mismos que están allí siempre... Ya no existen los ambulatorios. Es cojonudo, de un plumazo. Ahora hay centros de salud. Debe de ser por el olor, porque ya no existe ese ‘olor de ambulatorio’, entre zotal, betadine y alcohol… Ahora huele a centro de salud, que es mucho mejor aunque tengas que esperar lo mismo, porque ya estás en un centro de salud y no en un ambulatorio.
Viene a ser como estar en Luxemburgo (que del tirón, sólo por estar allí, eres más rico). O en un ambulatorio de la hostia. Anatema, anatema… Pues no. De anatema, nada. Si tienen ustedes tiempo, visiten la página web de la Real Academia (http://www.rae.es/), e indaguen acerca de los significados ‘ocultos’ de ese término que acompaña al ambulatorio, que sin hache alude a una playa de Roma y que, de nuevo precedida de ‘la muda’, ofrece dos acepciones de lo más interesante (sic):

“de la ~.
- loc. adj. vulg. malson. Muy grande o extraordinario. Se ha comprado un coche de la hostia.

ser alguien o algo la ~.
- loc. verb. vulg. Ser extraordinario”.

Y yo pregunto: ¿Por qué es más malsonante comprarse un coche de la hostia que ser la hostia? Personalmente, coincido con quienes nos enseñaron de pequeños que el español culto incluía numerosos registros (culto, claro, pero no culto en plan gilipollas de esos que han encontrado una copia inédita de un experimento conceptual del cine franco-iraní), y reivindico el derecho de hablar mal. ¿Mal? Bueno, me refiero al derecho intelectual y vital de llamar a las cosas por su nombre, más allá de los convencionalismos y las conveniencias. También, y sobre todo, a los coches que sean de la hostia y a las personas que sean la hostia (incluso sin tener coche; lo cual es mucho más meritorio, porque ser la hostia sin tener coche… Debe ser mucho la hostia).
Bueno, la cosa es que me he perdido. O, por decirlo mejor, que me he dejado ‘perder’ en medio de esta disquisición que iba dirigida a mis recuerdos infantiles como usuario del sistema público de salud. Eran tiempos de paredes con teselas y de bancos corridos; de compartir estornudos con personas que tenían, para mis oídos de pocos años, una extraña forma de hablar, casi ininteligible. Esa misma forma que, desde hace década y media, es la mía, aquí, al sur del Sur. La misma que he encontrado en el centro de salud de San Benito, allí donde la muchachada popular asegura que se está produciendo “una oleada de robos y atracos”… Los pobres; la muchachada, no los vecinos. Yo he ido treinta mil veces al referido centro de salud; y, a no ser que mi colega el cuponero se asomara sin avisar por la parte de la rampa ésa de metal (que tiene un taco de guasa, porque al menos hasta hace un tiempo resbalaba para los míos y los suyos)… Ahora, por fortuna, pertenezco al centro de salud de Montealegre, donde no hay rampas; ni cuponeros dispuestos a inmolarse contigo, empujándote por la inexistente rampa.
“Ocean’s Eleven en la Zona Norte”, en el mejor de los casos. Una mezcla de Rififí y Rufufú. “Una oleada de robos y atracos”. El mal jamás descansa.

Laredo, Oropesa, Fuengirola... y Génova

Vaya por delante que no me reconozco. O, mejor dicho, que no reconozco este blog. No lo reconozco como mío, vamos. Seguramente será lo menos avanzado del mundo, y cualquiera que sepa cómo hacer que la almohadilla (#) salte a la primera de una de las fichas del teclado del portátil a la pantalla (a mí me ha costado media vida) lo despreciará por anticuado, por poco versátil y por carente de elementos dinámicos. Pero me da igual. Es mi blog, yo lo hago así porque me gusta como es (también es verdad que no doy para más). Aun a pesar de todas las limitaciones de esta bitácora (todas ellas achacables a su impulsor), me encanta. Creo que es la segunda gran cosa que he hecho en este mes de enero, después de dejar de fumar.
Porque lo mejor que tiene esta pequeña ventana es que permite ser quien eres, a la espera de que otro u otra te capte en tu ‘mismidad’: tu vecino del tercero, un compañero de EGB, una internauta despistada de Perú o alguien desde la sede del PP en Madrid (os he visto en la estadística de visitas del blog, y os doy la bienvenida, aunque seguramente éste no vaya a ser un blog de cabecera para vosotros. A las 15:48 horas, los tíos; como para que digan que no trabajáis por las tardes…)
Un blog es algo así como esas botellas en las que, cuando era pequeño, introducía mensajes con mi nombre y mi dirección, y arrojaba al mar mientras pasaba los veranos en Laredo, en Oropesa o en Fuengirola. Es curioso: lo de la botella, teóricamente, funcionaba (la tradición literaria ligada a los náufragos parecía avalar el procedimiento); y, sin embargo, jamás recibí respuesta. La imaginación infantil achacaba a veces esa ausencia de retorno al hecho de que el receptor de la botella desconocería mi idioma. Habría llegado tan lejos…
Con el paso de los años, la pérdida de la inocencia y las bofetadas de realidad que uno va acumulando, se llega a otra conclusión: con toda seguridad, esas botellas acabarían fastidiando el medio ambiente, arrumbadas en algún recoveco de las costas de Cantabria, de Castellón o de Málaga. Entre el rumor de las olas y en compañía de las gaviotas. Casi como yo ahora.

sábado, 24 de enero de 2009

La aritmética de la libertad

No se trataba de una celebración de medio pelo; ni mucho menos. No era, para nada, una convocatoria ‘de compromiso’. La Asociación de la Prensa de Cádiz conmemoró anoche su primer centenario. Tal vez por ello, o por ese carácter de cuna de las libertades que probablemente Cádiz siempre haya tenido (pero que se le está pegando a pasos agigantados con la vista puesta en los fastos con motivo de los 200 años de la Constitución de 1812), la antigua fábrica de tabaco gaditana –hoy convertida en magnífico palacio de congresos- acogió a una pequeña gran representación de la sociedad de la provincia: más de la política y de la cultura que de la economía y el tejido social propiamente dicho, pero una magnífica representación en todo caso. He visto que algún acreditado blog ya hace un exhaustivo repaso de los asistentes, con lo que no voy a perder un segundo en pormenorizar la nómina de ‘gente oficialmente importante’ que ya ha sido recogida con la habitual brillantez por otras bitácoras dedicadas al análisis político.
Porque mi asistencia a ese foro me permitió compartir un momento con personas que, más allá de su alta dignidad pública, son verdaderamente importantes para mí. Y con esto no quiero decir que las otras, las importantes por salir en los periódicos, no lo sean (muchas de ellas lo eran antes y lo seguirán siendo cuando nadie se acuerde de llamarles por teléfono). Yo me refiero a gente de la talla de Gonzalo y Selva (lo de Selva casi no llegó ni a medio momento, la verdad); de Carmen y Perico; de Ana y Jesús; de Eva y su pareja (he dicho que no valía repetir nombres ya citados por otros blogs); del padre de la niña de Coral (sigo sin caer en la reiteración); de Quino; de Javier y Tomás; de Juanma y Rafa; de Joaquín; de José Antonio; del otro José Antonio; de Santi; de María José y el padre de su niña; de la madre de los hijos de Ignacio (por equilibrar desde la perspectiva de género); de Luis, Antonio y Manolo (a Juan le vi de lejos pero, con el mogollón, no pude saludarle)… Gente importante; personas todas ellas que, cada una desde su ámbito de actuación, siguen trabajando de forma cotidiana y sin aspavientos, para que el sistema de libertades del que gozamos se refuerce y se consolide día a día; y para que, ese mismo sistema vaya creciendo el fortaleza y en cobertura. Creciendo y multiplicándose. De dividir ya se ocupan otros. O lo intentan, aunque se les ve de lejos.

martes, 20 de enero de 2009

La gran esperanza

Uno, que va camino de acumular 40 calendarios, jamás ha vivido un acontecimiento como el de hoy. Tal vez en otros momentos haya sucedido algo similar, pero yo no los he conocido.
Hasta el punto de que nunca he entendido esas publicaciones que dedican su primera página al protagonista del año, porque ese simple concepto me parecía extremadamente complejo de definir y, por tanto, sometido a innumerables matices. Pero, en esta ocasión, no creo que me equivoque si digo que Barak Obama será el gran protagonista de 2009; cuando apenas se han cumplido tres semanas del año.
Lo que ha sucedido hoy, con medio mundo pendiente del televisor, con los ojos fijos en un hombre que ha sabido encarnar como pocos la esperanza de construir un mundo mejor, me parece un caso extraordinario. Porque, al menos en lo que yo conozco, no encuentro un precedente similar que haya aglutinado tanta confianza dentro y fuera de sus fronteras nacionales, por más expectación que en su día generasen ciertos gorbachoves y jimmycárteres (algunos de los cuales han dejado sin duda una importante huella en la historia).
Ahora bien, en medio de tanta esperanza, de tanta ilusión puesta en torno a un hombre al que se le ha confiado el fin del hambre en el mundo, la solución al cambio climático y poco menos que la paz y la concordia universales, creo que se abre el tiempo de la cautela. Cautela porque no hay mortal capaz de satisfacer tal grado de expectativas, por más anchas que tenga las espaldas; cautela porque una sola persona no es capaz, por muy poderoso que sea, de quebrar tendencias y de imponerse a colosales intereses políticos y económicos; y cautela, además y fundamentalmente, porque ese hombre es el jefe del Estado del país más importante del planeta. Y a él se debe. No dudo de su bonhomía, de su conciencia social, de su inquietud y de su especial sensibilidad hacia determinadas cuestiones de ámbito y repercusión universal. Incluso estoy convencido de que Obama no es un producto de marketing (cielos, su antecesor tampoco lo era...); y por las mismas temo que pueda llevarnos a una mayúscula desilusión, sin ni siquiera pretenderlo.
Pero no le envidio en absoluto, porque tiene ante sí una tarea titánica y porque hay miles de millones de personas que tienen fijadas en él sus esperanzas. Aunque, eso sí, le deseo la mayor de las suertes: porque esa suerte no será sólo la suya o la de su país; sino la de todos nosotros y nosotras.

lunes, 19 de enero de 2009

Dos semanitas...

Ea, ya está. Dos semanas sin tabaco. 560 cigarrillos que me he evitado. Y 560 razones para sentirme satisfecho conmigo mismo; al tiempo que enormemente agradecido con toda la gente que me ha apoyado durante estos días.
No ha sido especialmente complicado. No sé si porque estaba muy convencido o porque yo mismo me había planteado que me costaría un enorme esfuerzo. He ganado peso, lo sé; y estoy desarrollando unas mandíbulas que ni míster Olimpia, a base de pelear con el chicle… Pero merece la pena.
Ahora creo que voy a empezar a correr. Mi amigo Juan Manuel Soto me ha explicado algo que ya intuía: el ejercicio físico es el complemento ideal para vencer al tabaco. Porque te das cuenta de que te sientes mejor y de que eres capaz de hacer cosas que antes no podías. Que ni siquiera te planteabas. Y me ha dado una serie de pautas sobre cómo empezar, pausadamente, apreciando los logros y consolidando los avances. Todo de forma que obtenga refuerzos positivos que me sirvan de una enorme ayuda en este proceso y que, de paso, contribuyan a mejorar mi calidad de vida.
Quién me ha visto y quién me ve. Yo, que siempre he mantenido que correr era de cobardes…

domingo, 18 de enero de 2009

El sueño del cambio y la pasión por Euskadi



Los socialistas vascos han presentado hoy sus candidaturas, para las elecciones autonómicas del próximo 1 de marzo, en las tres provincias que integran Euskadi. Allí se llaman 'territorios históricos' en lugar de provincias, pero vienen a ser lo mismo (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya; o Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, según se prefiera en castellano o en euskera).
En ese acto de presentación de los candidatos del PSE, Patxi López, el próximo lehendakari, ha elaborado un discurso integrador, en clave de país que quiere y debe concebirse desde la suma de todos. Pero lo que más me ha gustado, sin duda (http://www.socialistasvascos.com/), ha sido la unión de dos conceptos: el sueño del cambio y la pasión por Euskadi.
Patxi López se ha propuesto involucrar a la sociedad vasca en torno a esas dos banderas. Para ello, los socialistas parecen haber apostado por la campaña electoral más moderna de las que en España han sido (el lehendakari 'in péctore' es, además, un reputado 'bloggero'). Y, uniendo el compromiso en la política con el carácter rompedor de la puesta en escena, en busca de esa complicidad del electorado, han impulsado una innovadora iniciativa: 'Punto de encuentro. Bilgunea'. Se trata de una ambiciosa campaña de comunicación 'de verdad', ya que pretende la interactuación de los potenciales votantes: por una parte, persigue hacerles llegar los planteamientos integradores esgrimidos por el PSE; y por otra, les reclama su participación en la confección del programa electoral, mediante la presentación de sugerencias al 'contrato' con el que los socialistas vascos concurrirán a las urnas el próximo 1 de marzo y con el que, insisto, Patxi López se convertirá en el próximo lehendakari. En la foto, extraída de la 'web' del PSE, un momento de su intervención, hoy, en el Palacio Euskalduna de Bilbao.

sábado, 17 de enero de 2009

Paremos el genocidio


Esta mañana he participado en una manifestación contra el asesinato de niños. También contra otras cosas. Pero contra el asesinato de niños. Contra la utilización de los recursos de un Estado para masacrar a personas como tú y como yo. O más pequeñitas. Y he echado de menos a alguna gente. Sinceramente, he sentido cómo determinados miembros de mi comunidad no estaban con nosotros. He echado de menos a representantes de un partido político. El mismo que ridiculiza a la ministra de Fomento por ser andaluza; y, con ella, a todos los andaluces y las andaluzas.
Al parecer, la Policía Local dice que éramos la caña. Pero, aunque no lo fuésemos... Era un acto de humanidad, y de responsabilidad cívica.
El mismo acto de humanidad y de responsabilidad cívica que hace unos años provocó la movilización de miles y de millones de personas de bien, a lo largo y ancho de toda España, por el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Casi no lloré yo...
Porque hay un momento en el que debe fijarse la línea que marca el límite. Tengo dos hijos (un niño y una niña). Y estos días he visto a personitas como ellos con sus cabezas reventadas, con sus piernas amputadas o con sus tripas despanzurradas.
Hoy siento una profunda repugnancia hacia algunos de mis congéneres. La misma que he notado cuando, a mil kilómetros de aquí, había quien se alegraba o no se meneaba ni un ápice porque descerrajaran un tiro en la cabeza de un guardia civil, de un conserje de un colegio, o de un militar mutilado retirado. O porque un niño le pegase una patada a una bolsa de deporte con 'algo' que no era para él, y le marcara la vida (?) para siempre.
Pensaba que esto era otra cosa. Pero, una vez más, parece que todo es lo mismo. Que depende de que los muertos sean tuyos o no. Y, para mí, todos son míos. Los de las casas cuartel de Zaragoza o Vic, los de la estación de Téllez, los de la plaza República Dominicana de Madrid, y tantos y tantos... Así nos lo enseñaron; o así creí entenderlo yo. Ése es el gran problema. Pero no es mío; es suyo.
La foto está tomada por un amigo-hermano de esos con los que raramente te obsequia la vida. Y en ella aparecemos Salvador (otra rara avis de la misma categoría) y un servidor.

jueves, 15 de enero de 2009

Ochocientos sesenta y pico mil

Hoy cumplo diez días sin fumar. Se dice pronto: ochocientos sesenta y pico mil segundos, uno detrás de otro. Y mañana seguiré, desde que me levante, “al alba y con fuerte viento de Levante”, con renovado entusiasmo. Tengo un amigo madrileño que tiene unas tarjetas de visita junto a su señora en las que, de coña y bajo sus nombres, aparece la leyenda “matrimonio español”. Yo estoy por encargar unas que digan “Juan Ramón Aramburu Esteban. Ex fumador”…
Es más, tal vez lo haga con el dinero que me estoy ahorrando por no comprar tabaco: pero no con el que ya preveía no gastar (unos 1.825 euros al año estimados de dos paquetes diarios de Fortuna, con una cotización de 2,5 euros), sino con el que he evitado desembolsar como consecuencia del aumento del precio de la cajetilla en 15 céntimos: otros casi 110 euros de vellón al año…

miércoles, 14 de enero de 2009

El 1 de marzo...

El presidente del Gobierno ha dejado 'a pique de un repique', como diría mi amigo Andrés Barrera, uno de los grandes asuntos económico-políticos que se le abren en un horizonte inmediato: la financiación autonómica. Y lo ha hecho con los presidentes de Ceuta y Melilla. Al menos, eso dicen las crónicas.
Pero, por más que internet ofrezca una magnífica oportunidad para 'crecerse', para 'gustarse' en la inmediatez del teclado, debo admitir que me faltan datos para profundizar en este particular (o que me sobra prudencia, a la espera de las previsibles reacciones, por supuesto contrarias, de la habitual muchachada); y que, sin embargo, las inminentes elecciones en dos de las 'comunidades históricas' ofrecen una oportunidad ideal para la reflexión. Una vez más, la cuestión autonómica...
En una, Galicia, se trata de consolidar la victoria lograda por Pérez Touriño hace ahora cuatro años, cuando consiguió desbancar a la derecha de uno de sus feudos tradicionales. Allí está ahora en juego reforzar la opción socialista, de forma que desde la Plaza del Obradoiro no sólo pueda contemplarse uno de los más bellos espectáculos de la cristiandad; sino que, a partir de su balconada, el proyecto del puño y la rosa tenga asegurada su viabilidad y su cumplimiento, más allá de la aritmética electoral del día después.
En la otra, Euskadi, ZP tiene una auténtica cita con la historia. Porque aquí se trata de otra cosa. Probablemente, el PSE (el PSOE, vaya, pero llamándose Iñaki en lugar de Ignacio) será la opción más votada en la Comunidad Autónoma Vasca. O no (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, con una población muy desigual, aportan cada una 25 de los 75 escaños del Parlamento...) Total, que la candidatura socialista de Patxi López asistirá al momento histórico en que esas siglas disfrutarán de la legítima opción de crear Gobierno. Y, a diferencia de lo que sucedió hace ya muchos años, ahora no hay excusa para dejar la Lehendakaritza en manos de quienes la consideraban, la consideran y la considerarán suya, por los siglos de los siglos amén.
Espero que Patxi López sea el próximo lehendakari. El solo hecho de que acuda en visita institucional al Árbol de Guernica, con esa enorme carga simbólica...
Por descontado que Euskadi se abrirá a un nuevo tiempo... Un tiempo en el que lleva décadas el resto de España (por no decir el mundo civilizado en general); y al que ahora por fin accederá la tierra de mi padre. Un tiempo y una tierra en los que, estoy seguro, va a crecer la libertad. Sufriendo más aún de lo que debería ser razonable; llorando a los nuestros (porque vamos a seguir llorando, y mucho, a los nuestros), pero con la tranquilidad de espíritu que da saber que 'los de otros' también pueden ser y, de hecho, son los nuestros. Como siempre debió haber sido... Por todo ello y por mucho más, el 1 de marzo habrá que ir a votar. En Galicia, claro. Y en Euskadi, por supuesto. Porque nos jugamos mucho. O casi todo.

martes, 13 de enero de 2009

Con todo éxito

Debido al elevado número de mensajes, llamadas de teléfono, telegramas y concentraciones ciudadanas que, de forma espontánea o perfectamente organizadas, se han preocupado por mi proceso de 'deshabituación tabáquica'; y ante la imposibilidad material de satisfacer cada una de estas inquietudes de forma individual, me veo en la obligación de recurrir a este blog para informar de que hoy cumplo, con todo éxito, ocho días sin fumar. Y de que estoy hecho un tío.

El Anuario de La Caixa

Dicen que es uno de los documentos más fiables para analizar la situación socioeconómica de una localidad. Y lo es tanto para comprobar su evolución a lo largo del tiempo como para observar lo que podríamos llamar ‘comportamiento comparado’; esto es, la posición relativa respecto a poblaciones del entorno geográfico o aquellas con las que se que comparten determinadas características.
Se trata del Anuario Económico 2008 elaborado por La Caixa, un documento que en esta ocasión permite analizar datos homogéneos desde 2001 hasta 2006, período al que Beatriz Revilla (uno de los mayores talentos del Grupo Joly) califica hoy como “los principales años del 'boom' económico de España”.
A tenor de los datos, Jerez se convirtió entonces “en la locomotora de la provincia”, hasta asumir casi el 20 por ciento de la 'actividad' de este territorio. Y lo ha hecho, además, situándose como la cuarta ciudad andaluza más activa y con mayor peso económico: todo ello en apenas un lustro al cierre del cual esta ciudad sólo era superada en dinamismo por Sevilla, Málaga y Granada. Casi nada.
¿Qué significa este resultado? Pues que Jerez está llamada a desempeñar un papel clave en el desarrollo de esta provincia y de esta Comunidad Autónoma. Y que, de hecho, ya está jugándolo, porque se ha colado por la vía de los hechos en la nómina de las grandes capitales económicas de Andalucía. Puede gustar más o menos, pero mantener lo contrario es tanto como negar la evidencia.
La situación de Jerez en el 'mapa andaluz' y su carácter de centralidad en el conjunto de la provincia tiene sin duda efectos muy favorables. Pero una cosa y otra no son fruto de la casualidad: no han sido pocos los esfuerzos, por ejemplo en materia de infraestructuras, para que la ciudad pudiera aspirar a esa posición de privilegio, una posición que sin duda sigue manteniendo a pesar de las dificultades derivadas de la crisis económica que afecta a todo el mundo por igual.
Soy de los convencidos de que Jerez saldrá reforzada de esta crisis. Y lo hará, precisamente, porque se está aprovechando este momento para poner las bases de su futuro desarrollo, de forma que pueda 'subirse a la cresta de la ola' desde el mismo momento en que comience el nuevo ciclo expansivo: Jerez va a disponer en apenas unas semanas de unos cinco millones de metros cuadrados de suelo industrial (la mayor bolsa de toda la provincia) gracias a la aprobación definitiva del nuevo Plan General de Ordenación Urbanística; cinco millones de metros cuadrados que permitirán la instalación de nuevas empresas que creen riqueza y empleo, de la misma forma que lo harán (mediante una innovadora apuesta por sectores industriales ligados a la tecnología y a la excelencia) el Polo Aeronáutico situado junto al aeropuerto o el Parque Tecnológico Agroindustrial; ésta es ya la verdadera capital del comercio de la provincia, un carácter que se reforzará con la puesta en marcha de Ikea y su gran centro comercial anexo; esta ciudad ha apostado por la diversificación de su economía, y ha descubierto las excelencias de un turismo de calidad que a buen seguro vivirá su espaldarazo definitivo en 2013, con motivo del Año Internacional del Flamenco, el que será el hito definitivo para consolidar como factor de desarrollo y de riqueza a un sector cultural que hasta ahora carecía de esa articulación; y Jerez cuenta hoy con una desconocida estabilidad social, fruto de un Acuerdo de Concertación sin precedentes suscrito por el Ayuntamiento, los sindicatos y los empresarios... Por no hablar de otras actuaciones que contribuirán decididamente a la transformación (tanto física como social y, lo que tal vez sea más importante, psicológica) de amplias zonas de la ciudad, como el Plan Urban de la Zona Sur o la Ciudad del Flamenco...
Supongo que habrá a quien le moleste que no nos precipitemos al abismo. Pero, ¿por qué hay que ser pesimistas e instalar además en el pesimismo a nuestros vecinos y nuestras vecinas? ¿Por qué hay quien prefiere las interminables letanías de desgracias y problemas que parece que únicamente nos afectan a nosotros, cuando tienen carácter y dimensión universal? ¿Por qué no se apuesta por recuperar un cierto orgullo de ciudad, consciente de nuestras limitaciones pero legítimamente ambicioso respecto a nuestro indudable potencial? No somos gran cosa, pero según el propio Anuario, Jerez aporta el 0,5% de la actividad económica del conjunto del país...

lunes, 12 de enero de 2009

País, paisaje y paisanaje

Qué país, qué paisaje, qué paisanaje. La cita es de Juan Pedro Crisol. Y viene a revelar la tradición carpetovetónica de la que procedemos y de la que somos herederos o consecuencias. Un mogollón, un tráfago de quijotepancismos, un ensalzar a los héroes de Trafalgar dos siglos después de la honorable derrota, mientras los cadáveres de los patriotas de verdad jalonan las carreteras comarcales de medio país con un tiro en la nuca de madrugada, justo cuando España empezaba a amanecer...

Qué país. Un cargo electo del PP en Cataluña (Montserrat Nebrera, parlamentaria ella) ha afeado el acento de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. La ministra de Fomento es andaluza, isleña de nacimiento y malagueña de adopción; y yo, que estoy sordo sordísimo con el enorme trancazo que me acompaña desde comienzos de año, no le pillo un deje del Instituto Tecnológico de Massachussets ni de la Universidad de Deusto. Ni siquiera de CCC. O sea, que la parlamentaria Nebrera debe referirse al acento andaluz de la ministra. Y no debe gustarle... Si no le gusta la ministra, el problema es suyo; si lo que no le gusta es el acento, entonces el problema ya no es suyo. Y es gordo gordísimo. Porque es un problema de un partido que se supone alternativa de Gobierno y que desprecia públicamente a ocho millones de ciudadanos de este país. Casi nada, el país.

Qué paisaje. Al portero del Athletic Club de Bilbao (no 'del Bilbao') le tiraron ayer bolas de nieve. O de hielo. A decenas de metros de altura, en el Vicente Calderón. A falta de encontrar conexiones con las Carmelitas Descalzas, parece que fueron los 'hinchas extremos' del Frente Atlético (del Atlético de Madrid, claro). Mientras le llamaban "puto vasco". Algunos de sus colegas mataron hace años a un aficionado de la Real Sociedad y protagonizaron otros actos igualmente heroicos por los que aún no han sido recompensados. Pero todo puede andarse...

Qué paisanaje. El presidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe (Ibarreche para los que tiran bolas de nieve o hielo) anda como un pavo en Nochebuena a la espera de que el archivo de la causa contra él, contra algunos dirigentes de la extinta Batasuna y contra el próximo lehendakari, el socialista Patxi López, sólo sea una 'maniobra política'. Ibarretxe intentó apurar el juicio contra él, y trató de prolongar el proceso (¿tal vez buscando la cercanía de las elecciones vascas?). Y el tiro le salió por la culata. Como a los del Frente Atlético.

Por cierto, leyendo la prensa hoy me he enterado de una buena noticia (es lo bueno que tiene leer la prensa, que a veces eres partícipe de acontecimientos insólitos): los jueces no están de huelga. Puede que vayan a estarlo en junio, pero por el momento no lo están. Qué país, qué paisaje, qué paisanaje...

domingo, 11 de enero de 2009

Llevando el compás

Creo que fue en 1990; la primera vez que visité Inglaterra (me corrigen, y me dicen que fue en 1989). Estuve allí en verano, aprendiendo inglés: y aprendí bastante... O, por decirlo mejor, me di cuenta de que sabía más inglés de lo que pensaba. Tanto que, a mi vuelta, debí hacer ímprobos esfuerzos para olvidarlo por completo y para estar matriculado actualmente en primero de primero de los primeros que empiezan a iniciarse en estudiar primero. Y todo ello a distancia...
¡Así se entienden los botes que di cuando escuché el video electoral de Obama hablando español! Tres fluorescentes le fundí a la pobre vecina de abajo. "Perdone, se me ha volcado el frigorífico, y ha rebotado tres veces", le dije a la pobre... Pero no; sólo era un elemento de la campaña frente al hombre con apellido de patata frita congelada. Tan congelado como me quedé yo al caer en la cuenta de que él inglés sigue siendo necesario (aunque sólo sea, al paso que va la cosa, para tratar de ligar con una jubiladita de Worthing en algún viaje del Imserso...)
En fin, que en ese viaje iniciático al país que llama English Channel al Canal de la Mancha, hubo de todo. Mucho McDonalds (no hay como viajar a determinados lugares para valorar los estándares de calidad de las cadenas de comida rápida...), y bastantes anécdotas. Pero, a lo que voy, porque me estoy dando cuenta de que esto del blog se presta a la dispersión de las ideas... Creo que fue en la Torre de Londres; allí, o por allí, hay o había un pequeño museo militar, entre cuyas incipientes 'atracciones interactivas' se encontraba una mochila con la impedimenta de un soldado raso de la Gran Guerra, situada de forma que había que levantarla siguiendo dos guías metálicas verticales. Quiero recordar que pesaba 35 kilos. Y que parecía pegada al suelo.
Hoy he intentado levantar la mochila del colegio de mi hijo Íñigo (tiene 12 años. El niño, claro; la mochila es bastante más nueva; y el colegio, ciertamente más viejo). Llevaba en ella cuatro libros, con otros tantos cuadernos de actividades, un estuche, una agenda... He pesado la mochila: 9,2 kilos. Casi diez kilos para hacer los deberes de un fin de semana. Con una mochila de 10 kilos, un servidor se hace el camino de Santiago. Una vez que la levante, claro. En mis tiempos se decía que el saber no ocupaba lugar; por lo visto, una cosa era lo que ocupaba, y otra lo que pesaba.
Íñigo es un tío sano, con una espalda que ya me gustaría a mí (no es por genética; con esa mochila, como para salir un alfeñique). Pero no me parece normal. Creo que semejante peso es una barbaridad; y lo es independientemente de que los críos carguen con él a cuestas o que lo lleven en esos inventos dotados de ruedas, que son ridículos (sobre todo a partir de ciertas edades) y con los que parece que uno viene de comprar tapines en la plaza. El próximo mes de septiembre, me juego todas las corbatas, veremos y escucharemos treinta veces informaciones sobre el exagerado peso de las carteras (¿siguen llamándose así?) de nuestros hijos.
Me parece enormemente antiguo tener que cargar con diez kilos a la espalda para aprender (?). Creo que no vale de nada que andemos todos enchochados con los ordenadores, con los blogs y con las nuevas tecnologías; y que nuestros pequeños deban llevar todos los días, a golpe de riñón, tres estanterías de la biblioteca de Alejandría... Y un estuche y un compás. Aunque, si hay que aprender a llevar algo de verdad, una vez que existen los dispositivos de almacenamiento masivo y los discos duros externos, que sea el compás.

¡¡¡Salva ha vuelto!!!


Está aquí. Ha vuelto. Y amenaza con quedarse. Se trata del bloguero más dicharachero de Barrio Sésamo. Azote de contertulios; ruina de estanqueros y de colegas fumadores; amigo donde los haya... ¡Salvador León! Con esas pistas, como para no acertar... Salva estrena blog (http://salvadorleonrodriguez.blogspot.com/), tras muchos meses de silencio. Tal vez debería felicitarle; pero quienes estamos de enhorabuena somos nosotros. Un abrazo, amigo.

sábado, 10 de enero de 2009

Ex fumadores (menos Alfonso)

Hoy es, o casi ha sido ya, sábado. Y 10 de enero. Eso significa que, cuando me acueste, llevaré cinco días sin fumar. A no ser que antes encuentre por ahí un paquete de tabaco olvidado; o una colilla de un par de centímetros, aplastada pero a la espera de que unos dedos ansiosos le devuelvan su estado original y le extraigan las últimas bocanadas de su esencia…
No, no, es broma: lo llevo bien. Digo yo. Creo que mi amiga Isabel Armario no opina lo mismo, porque la otra tarde le di una que sólo ella sabe. Me aguantó en una reunión sentada a mi lado durante tres horas; las mismas durante las que yo aguanté sentado y me aguantaba a mí mismo: a mí y a mis múltiples nervios. Los dos sin fumar… Pero ella no fumaba antes… Con todo, Isabel tuvo más mérito, porque era como para haberse levantado y dejarme ahí con el baile de San Vito.
En estos cinco días he aprendido algunas cosas. Una de ellas, que debí haber avisado a Pepe Contreras de la existencia de este blog (gracias por tu comentario, cariñoso como siempre). Otra, que los frutos secos dan una sed enorme (espero que no desarrollen dependencia; o, al menos, que puedan comprarse con receta). Y otra más, que los ex fumadores somos una especie repugnante. No me refiero a la aversión al tabaco: yo, al menos, llevo fenomenal que se fume a mi lado. Incluso, si la normativa lo permitiera, me encantaría que mis amigos viniesen a mi despacho a soltar volutas, aunque sólo fuera para meter la nariz en ellas de forma fugaz. Pero no se puede. La norma es la norma…
Pero, insisto, los ex fumadores somos repugnantes (qué ganas tengo de sentirme plenamente repugnante, sin tentación alguna de dejar de serlo por la vía rápida). Y, lejos de enseñarte cómo abandonar el tabaco, o más allá de encauzar tu abstinencia, te dan lecciones en plan “si yo ligué con tres inglesas en Fuengirola, no sé por qué no ibas a hacerlo tú”; o, “no entiendo cómo te cuesta tanto pagar tu hipoteca de 800 euros por ese piso chungo comprado hace tres años, si apenas me quedan tres cuotas de 100.000 pesetas para saldar el crédito de mi chalé con mil metros cuadrados de parcela que adquirí en 1983 en plena Avenida…”
A mí, todo eso me jode mucho (lo siento, mamá, he escrito una palabrota). Me jode (otra palabrota: la de antes era ‘mucho’, un término obsceno para las personas que cobráis pensión de viudedad). Como me jode que alguien venga y te diga: “Yo dejé de fumar el 21 de enero de 1975 a las siete menos diez de la tarde, en el convite de la comunión de Kevin Javier, un sobrino de mi entonces novia y hoy señora. Y lo tengo plenamente superado. No me acuerdo del tabaco para nada”. ¡Vete ya por ahí! (¿Ondevá, niño?, que diría mi hija). ¿Superado? ¿Lo del fumeque, o lo de la parienta? ¡¡¡Si la mitad de los ex fumadores dedican su ‘espacio cerebral de almacenamiento’ (internacionalmente reconocido por sus siglas ECM) al día en que apagaron su último marlboro, en detrimento de la fecha de su aniversario de boda!!! O, al menos, lo celebran con más entusiasmo; o con menos resignación…

viernes, 9 de enero de 2009

Muchos parados, algunos datos y una reflexión

Llevo un par de días escuchando opiniones acerca de los datos del desempleo hechos públicos el jueves. Y, a pesar de que ayer ya hice una reflexión al respecto, no me resisto a apuntar algún extremo que pueda pasar desapercibido, máxime cuando las críticas no sólo provienen del análisis de los datos y de las proyecciones de los mismos, sino que nacen de razonamientos políticos que (como reza el viejo dicho periodístico) no pueden permitir que se estropee un buen titular.
Me referiré al caso concreto de Jerez. La ciudad ha cerrado el año con 25.037 demandantes de empleo. Esta cantidad representa un aumento de 6.552 personas más que en diciembre de 2007; es decir, que el paro ha crecido en nuestra ciudad en un 35,4 por ciento en apenas un año.
Desde luego, no es un dato como para sentirse orgulloso. En eso coincido con mi amiga Mercé. Pero la correcta interpretación del mismo obliga a situarlo en un contexto cuando hay quienes se esfuerzan en presentar a Jerez como una ciudad al borde del estallido social, en la que las masas se arremolinan ante las puertas de una Bastilla disfrazada de Ayuntamiento. La alcaldesa lo decía ayer, al conocer la dimensión del problema: “Son datos que de nuevo son duros; son muchos meses ya asistiendo, uno tras otro, al aumento de las cifras de desempleo; y no sólo en Jerez”, escribe Paco Sánchez Múgica en Diario de Jerez como frase textual de la alcaldesa.
Porque, sin negar un ápice la importancia del desempleo en la ciudad y el aumento experimentado por ese indicador en el último año (recuerdo que del 35,4%), no puede pasarse por alto que el incremento registrado en ese mismo período en Andalucía y en el conjunto de España se ha situado en el 40,83 y en el 46,9 por ciento, respectivamente.
Sé que, para ser justos en las comparaciones, hay que tener en cuenta que el volumen del paro en Andalucía y en la totalidad del país viene siendo porcentualmente menos elevado que en nuestra ciudad, por lo que las tasas de crecimiento son allí más ‘sencillas’ de conseguir. Dicho de otro modo, la matemática enseña que si paso de tener cero céntimos a poseer un euro habré elevado mi patrimonio de forma infinita. Sin embargo, si paso de deber 100.000 euros a adeudar 200.000, ‘sólo’ habré duplicado mis ‘números rojos’. En cualquier caso, y hecha esta disquisición, no puede negarse la situación de gravedad en nuestra ciudad: pero, de ahí a que algunos pretendan argumentar que Jerez lidera el aumento del paro en España… Solo en la provincia, ya hay varias localidades donde ese incremento ha sido notablemente más elevado que en nuestra ciudad. Por cierto, que el 'ranking' provincial del aumento del desempleo durante 2008 quedó encabezado por Chiclana (allí el paro se disparó en 3.193 personas; es decir, en nada menos que el 56 por ciento). Ése es el mismo municipio que otrora lideraba todas las clasificaciones del desarrollo andaluz y que el pasado 22 de diciembre (a una semana escasa del final de año) dijo adiós a su alcalde del PP merced a una moción de censura que instauró en la Alcaldía a José María Román (PSOE), quien había encabezado la lista más votada.
Ayer, desde el PP de Jerez se achacó al Gobierno local su presunta incapacidad para solucionar el problema del desempleo en la ciudad. Desconozco si sus compañeros de Chiclana también afearon algo al nuevo alcalde socialista… Pero, por si la agorera muchachada tiene ganas de continuar con sus análisis sobre los datos del desempleo, les facilito un par de pinceladas que pueden utilizar gratis para sus notas de prensa y sus comparecencias en otro punto de la Bahía.
En la ciudad de Cádiz, el aumento del desempleo en 2008 fue de 2.193 parados (el 19,6% más, hasta sumar 13.408 desempleados). Estos datos parecen indicar que la situación allí es mejor que la que se vive en Jerez. Pero, ¿hasta qué punto?
El Avance del Padrón Municipal a 1 de enero de 2008 hecho público a finales de año por el Instituto Nacional de Estadística (INE) otorgaba a Cádiz un total de 127.200 habitantes, mientras que a Jerez le adjudicaba 205.364 vecinos y vecinas. De este modo, el 'peso' relativo del número de parados sobre el total de la población se matiza enormemente: en el caso gaditano, queda en el 10,54 por ciento; mientras, en el jerezano, se sitúa en el 12,19 por ciento (es decir, apenas un punto y medio por encima). Ya llueve menos...
Pero, esa misma estadística demográfica elaborada por el INE pone sobre la mesa una realidad no menos importante: en apenas una década, la ciudad de Cádiz ha perdido casi 16.000 habitantes. Y, en ese mismo período, se contabilizan cerca de 24.000 nuevos jerezanos y jerezanas. ¿Es ésta una circunstancia menor?
Sé que no es lo mismo hablar de población 'pura y dura' que de población activa; y que otra cosa es mezclar todo con el número de demandantes de empleo. Pero reflexionemos, por un momento, con los números en trazo grueso:
  • Tras perder casi 16.000 habitantes en un goteo prolongado durante 10 años (siempre según el INE), Cádiz cuenta con 13.408 parados.
  • Mientras, Jerez, aumentando su población en ese mismo período en casi 24.000 personas, cerró el año pasado con 25.037 demandantes de empleo.

Puede que ésta no sea una verdad científica. No pretende serlo. Pero creo que estos datos deben llevar a la reflexión en Cádiz; y, lo que a mí me preocupa más, deben matizar cualquier intento de derrotismo en Jerez. La realidad es la que hay; y la que palpamos día a día. Está llena de muchas pequeñas historias dramáticas; pero esto no es un desastre. Y, quien quiera hacernos creerlo, tal vez está tratando de esconder sus propias vergüenzas, utilizando un argumento retorcido en lugar de ser fiel a quien se debe y a una realidad en la que volveré a insistir: de las crisis se sale juntos.

jueves, 8 de enero de 2009

Buen pie y mala pata

Sigo orgulloso de mí mismo. Cuando me acueste esta noche, habré cubierto mi tercer día sin fumar. Sé que para quien no ha fumado nunca o para quien lleva años sin hacerlo, tres días parecerán una insignificancia. Pero para mí son un pequeño gran triunfo, y espero poder ir sumando más, tacita a tacita, hasta que no tenga que estar todos los días aporreando las teclas con la misma monserga... Así que estoy muy contento: definitivamente, he comenzado el año con buen pie.
Un famoso futbolista, Cristiano Ronaldo, sin embargo, lo ha hecho con muy mala pata. Al parecer, ha destrozado un Ferrari al estamparse en un túnel en Mánchester (si jugara en el Xerez, a todo lo más lo habría arañado en el paso subterráneo junto a la Hacienda El Polo o en la entrada del parking de Los Cisnes, pero como hay gente para la que la Champions es lo más de lo más...)
El caso es que este episodio me ha sugerido un nuevo argumento para continuar con mi batalla psicológica conmigo mismo para mantenerme alejado de los cigarrillos. Ignoro lo que vale el coche en cuestión, ni si será bueno para ir al Mercadona a llenarlo de latas de caballa de Hacendado y de limpiador con olor a colonia de Bosque Verde: pero si sigo ahorrándome los cinco euros diarios de los dos paquetes de Fortuna y cuesta los mismos 30 millones de pesetas que el que hace unos días se le averió a otro futbolista (el portuense Joaquín, o al menos así lo escuché en la radio), en poco más de 98 años habré ahorrado lo suficiente para comprarme uno igualito. Y al contado. Porque yo lo valgo.

Gaza. Sigo sin entenderlo

Un nuevo giro de tuerca. Primero, los ataques a las escuelas donde se refugiaba la población asediada por los bombardeos; después, los 'daños colaterales' en los camiones "perfectamente identificados" y encargados de repartir la ayuda humanitaria en un momento en que la humanidad brilla, como la ayuda, por su ausencia. En definitiva, que la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo ha dicho basta, harta del desprecio a las más elementales reglas de la guerra (o de los tiempos de guerra, por no revestir de cierta legitimidad a la principal forma de barbarie desde que el mundo es mundo) y de la muerte de varios de sus trabajadores. Y ha decidido dejar de actuar en Gaza..., responsabilizando de ello a Israel.
Por más que lo pienso, no logro entender lo que sucede en ese lugar, cuna de alguna de las civilizaciones, los pensamientos y las tradiciones más importantes para comprender lo que es hoy la humanidad. Es más; cuanto más lo pienso, menos lo entiendo. Pueblos sin país; países sin Estado; estados sin democracia; democracias que desprecian los más elementales derechos humanos...
Y todo ello en un pequeño pedazo de planeta, teñido de sangre y cuna de extremismos religiosos. ¿O es al revés?

Gobernando la crisis

Hoy 'han salido' (la jerga periodística me persigue) los datos del paro, un indicador aplastante que sitúa el número de desempleados por encima de los tres millones de españoles y españolas.
La estadística dice que son los peores guarismos desde 1996. Y el presidente del Gobierno, sin negar un ápice la gravedad de la situación, asegura que el objetivo es limar, a partir de mediados de año, el millón adicional de demandantes de empleo que nos dejó 2008.
Sé que puede resultar un ejercicio voluntarista, pero no encuentro motivos para poner más en duda las estimaciones de Rodríguez Zapatero que los datos puros y duros. ¿Acaso el Gobierno no está poniendo en marcha todos y cada uno de los mecanismos que puede tener en su mano (algunos de ellos, casi todos incluso, jamás habían sido utilizados) para salir de esta crisis generalizada? Porque, a estas alturas, entiendo que nadie dudará de la naturaleza y la magnitud de esta crisis: Internet ofrece mil posibilidades de bucear, en tiempo real, en las portadas y las secciones de Economía de periódicos de todo el mundo; o de seguir los informativos de radio y de televisión, cuando no los portales informativos específicos de la red. Y, sinceramente, creo que esa 'revista de prensa' debe mover al moderado optimismo. O, al menos, a una cierta confortación, más allá de posicionamientos editoriales (y electorales) que se basan en el célebre dicho italiano 'Piove? Porco Governo', y que en resumidas cuentas vienen a achacar a los gestores de la cosa pública la autoría de las siete plagas de Egipto, el hundimiento del 'Titanic' y la muerte de Manolete. ¿Se están tomando iniciativas más innovadoras por otros lares? ¿Cuántas de las presentadas desde las filas de los agoreros han sido rechazadas? No me gustan los discursos derrotistas. Prefiero confiar. Porque estoy convencido de que de las crisis se sale unidos; o mejor, de que, unidos, se sale de las crisis. De ésta y de todas. Sólo hay que creérselo. Y querer.

miércoles, 7 de enero de 2009

El fondo de Crisol


Odio la sopa. No puedo con ella. Me parece absurdo poder comer un montón de cosas apetecibles y, en lugar de disfrutar de ellas de forma individual y respetando su personalidad y peculiaridades, mezclarlas con agua caliente y dedicarse a tragarlas con ayuda de una cuchara, generalmente mientras a la gente se le empañan las gafas. Además, si Cándido se ganó la fama por el cochinillo y no por la sopa castellana, será porque hay mucha gente que mantiene la misma opinión que comparto con Mafalda y con cientos de miles de niños repartidos a lo largo y ancho del mundo.
Sin embargo, aprecio el caldo con fondo. Un caldo hecho como antes (o sea, como ya no se hace); reducidito él; con tropezones en forma de jamón, de huevo cocido... depositados en su interior apenas un momento antes de tomarlo; sin que el agua queme en exceso (la copita de jerez siempre ayuda); dejando una mezcla más bien tendiendo a sólida, sin que parezca los restos de un naufragio; y, desde luego, sin trazas de pasta, de arroz ni de verdura.
¿A qué viene esta disquisición? Pues a que he visto las cariñosas palabras que Juan Pedro Crisol me dedica en su blog (http://cabezascatorce.blogspot.com/). Para ser sincero, debo decir que ayer le envié mi dirección, en plan primicia (Juanpe es una autoridad en la materia), y creo que eso le ha enternecido. Valoro sus comentarios personales, de la misma forma que lo haría si no me dejaran en buen lugar. Y lo hago y lo haría porque, más allá de haberme mostrado un grado de cariño, de respeto y de lealtad a prueba de bomba desde que me incorporé al proyecto de Pilar Sánchez en el Ayuntamiento de Jerez, estoy convencido de que me honro en contar con la amistad de uno de los hombres que están llamados a escribir grandes páginas de la historia de Jerez y de esta tierra en general. Y de gastar folios; y folios; y folios... Durante mucho tiempo. Porque, como en el caldo, lo verdaderamente importante de las personas no es el agua caliente que puede disimular matices, sino el fondo.

Mal día para dejar de fumar

Sí, lo admito. Lo dejé ayer. Pero parece que ha sido hoy mismo. Hace apenas unos instantes... Qué mezcla tan desagradable de sensaciones: la victoria por el avance del segundero y la angustia por la indolencia de la aguja intermedia de mi reloj. Cuando el día toca a su fin, he resistido; y no he fumado. De hecho, estoy incluso pensando en mantener una información constante a través de este blog acerca de mi 'deshabituación tabáquica', con porra virtual incluida sobre cuál será el momento en que desfallezca. Lo mismo descubro un negocio, porque los sorteos de Navidad y del Niño...
La verdad, hoy ha sido un mal día para dejar de fumar. Ya sin coña: los bombardeos han vuelto a la franja de Gaza; como ese puño implacable que refleja el Antiguo Testamento (una vez más, soy preso de la inevitable tradición judeocristiana), sólo que ahora quien recibe la ira de Yaveh es el pueblo palestino.
Y no se trata de plantear los acontecimientos o la historia como una cuestión de buenos y malos. Sólo los malos intentan apoyarse en tamaña reducción. Porque, ¿quiénes son los buenos y quiénes los malos? Es muy fácil: los malos nunca somos nosotros; así que, por deducción lógica, nos toca ser los buenos. Nos pongamos como nos pongamos. Supongo que esa misma reflexión se la hacen quienes sueltan bombas desde los aviones o envían obuses desde los carros de combate de uno de los ejércitos mejor preparados del mundo y quienes aguardan a que esos proyectiles les destrocen la casa, les despanzurren a la familia o, lo que es lo mismo, les arruinen la vida. Unos y otros son 'nosotros'; sólo para cada uno de ellos, pero lo son.
Pero, por mucho que los malos malísimos se escuden en la población civil, en los niños y en las personas indefensas, para apoyar y ocultar un presunto régimen terrorista; por mucho que eso suceda (si es que así sucede), jamás un país podrá transmutarse en espada vengadora ni podrá separar las aguas de los mares en busca de una masacre indiscriminada. Para eso, sea en nombre de una deidad, de una concepción filosófica o de una razón de Estado, que no cuenten conmigo.
Sin irme tan lejos, dentro de España tampoco he encontrado demasiadas razones para perseverar en mi deshabituación. Que la principal noticia del día para algunos haya sido la indumentaria de la ministra de Defensa en la Pascua Militar de ayer da idea del nivelito de quienes deben fiscalizar la gestión de la cosa pública.
Y, mientras Barak Obama compartía mantel con todos sus antecesores en la Presidencia de Estados Unidos, José María Aznar calificaba la victoria electoral de quien está llamado a gestionar los destinos de la nación más importante del planeta como "un exotismo histórico". Al tiempo, Aznar mostraba su esperanza (con minúscula, no la Aguirre) de que Mariano Rajoy se imponga en las elecciones generales de 2012, para hacer un quiebro idiomático ante la posibilidad de que esperanza y convicción puedan llegar a ser lo mismo. Todo un mensaje de cohesión para su partido y de consolidación de su principal argumento electoral... que debe estarle enormemente agradecido.
A pesar de todo, mañana afrontaré mi tercer día alejado del tabaco. Al menos, lo intentaré.

martes, 6 de enero de 2009

De regalo, un blog

Han venido los Reyes Magos. Y, los tíos, me han traído un blog. Es verdad que soy afortunado, porque no ha caído una gota de colonia. Ni una simple corbata. Y han sido generosos: un MP4, una caña de pescar, un GPS para ver si soy lo suficientemente torpe para perderme por la Sierra de Grazalema (Juan Pedro Crisol dixit) o los Pirineos... Incluso varias exquisiteces dignas de Pepe Monforte, pero en versión norteña: queso del Roncal, sidra guipuzcoana, alubias alavesas (jamás creí el mito de Tolosa), esas guindillas que alguna gente hemos probado y no encontramos por estos lares a no ser que sea por suministros familiares, alcachofas (admito, Faustino, que las tuyas podrían ganar en los penaltis), esos espárragos que la leyenda dice que fueron bautizados como 'Cojonudos' por el Rey...
En fin, que los Reyes Magos se han portado. Yo sólo les había pedido dejar de fumar, y casi sumo 24 horas sin hacerlo. De hecho, he elegido la foto de mi perfil para mortificarme y no requetecaer en la tentación...
He despedido un año pleno de acontecimientos, e incluso de sorpresas enormemente agradables. Y éste no pinta mal. En todo caso, hay que ser optimista. Y agradecido; así que intentaré hacer aprecio a este blog, que es un regalo.