viernes, 24 de diciembre de 2010

Navidad

Puede que sea ñoña; que lo es. Pero si tiene hijos, nietos o hermanos pequeños y la mínima ocasión de conseguirla, no lo dude. Olvide los complejos, siéntase niño y disfrute de ‘Los Teleñecos en Cuento de Navidad’, una deliciosa adaptación del clásico de Dickens pasada por el alambique de esos peluches irreverentes nacidos del ingenio de Jim Henson. Gonzo, absolutamente metido en el papel, borda el personaje del escritor inglés…

Aquí dejo un fragmento de la peli y, aunque no se vean, mis mejores deseos. Para las gentes de buena voluntad.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Aquí

Sé que es una vieja treta que busca incomodar al interpelado. Como esa de preguntarle el nombre cuando te dirijes a él o a ella, por más que su ADN sea un libro abierto para ti...
“¿Qué haces tú aquí?” Es una pregunta que busca tocar la moral cuando se hace en un entorno que es y que sientes tuyo o que, al menos, es tan tuyo como de quien pincha en hueso con la interrogación. Por más que intente apropiarse del mismo, excluyéndote.
Porque, en el fondo, quien comete la insensatez de preguntar no sabe que su “aquí” es mi “ahí”. Y que quien está aquí soy yo. Y solo yo.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Encuestas

Eran tres colegas al fondo del autobús. De catorce (¿quince?). Hablaban de sus asuntos, de las inminentes vacaciones, de otros compañeros de clase o del colegio, de alguna chica… Estas cosas tienen la capacidad de enternecerme, seguramente por el padre que llevo dentro.
Uno de los compis sacó lo que un amigo calificaría como “el tema temático”. Las notas... Y solo habló uno de los otros dos, mientras el que puso el toro en suerte mantenía asimismo un silencio cuanto menos sospechoso. “Siete”, dijo el que se atrevió a abrir la boca. “¿Siete?”, le preguntaron los dos amiguetes... “Sí, siete. Yo nunca he sacado más de dos (se supone que suspensos)”, decía el muchacho. Para añadir después, con una tranquilidad que ya quisieran algunos superhéroes de la Marvel: “creo que sé lo que me espera hoy en casa”.
Esta estampa, verídica (lo juro por Snoopy), sucedía hoy a eso de las tres y pico de la tarde. Y en ese mismo momento yo, que no me tengo por un experto en la materia, podría haber adelantado los resultados de un eventual sondeo en la casa del muchacho en cuestión, el que no creo que cierre su currículum escolar con un premio extraordinario…
Tomemos un universo de la encuesta de tres personas. Padre, madre e ‘interfecto’ (la unidad familiar, lo que nos arrojaría un índice de fiabilidad del 100%):
El 66,6% de los encuestados califica de ‘nefasta’ la trayectoria escolar del compi; mientras, el 33,3% restante considera que es el sistema, los profesores y varios cientos de razones más lo que explica el resultado académico que, aun siendo ligeramente mejorable no puede valorarse como enteramente negativo.
El 50% de quienes calificaron de ‘nefasta’ la trayectoria escolar se mostraron partidarios de que el compi pase las vacaciones de Navidad metido en su cuarto, sin paga, sin internet, sin playstation, sin móvil, sin mp4, sin nintendo dsi… La opción de sin luz y sin agua no figuraba en el abanico de posibles respuestas. Mientras, el 50% restante mostró una cierta disposición a permitir esas ‘expansiones recreativas’, según la redacción literal del cuestionario de la encuesta.
Paralelamente, el 100% de quienes recibieron la calificación de ‘nefasta’ en sus de por sí nefastas calificaciones evidenció un completo rechazo a las maximalistas y desproporcionadas valoraciones del 50% del resto de los consultados, al tiempo que respaldó unívocamente al restante 50% en la necesidad de permitir ‘expansiones recreativas’, que incluso podrían ser aumentadas a medida que avanzara el período de asueto escolar.
Las restantes preguntas de la encuesta, sus respuestas, la forma en la que la propia redacción va dirigiendo o buscando a los responsables de los problemas, a las víctimas que los padecen y a los salvadores que acudirán al rescate, podrán ser objeto de una nueva entrega de este ejercicio intelectual y ficticio de un sondeo que no fue, pero que pudo ser. Sin embargo, esta construcción intelectual a partir de un hecho real como la vida misma me lleva a concluir algo y prácticamente a imaginarme la foto: que el 100% de los encuestados se sentarán juntos en Nochebuena y en Nochevieja; y que, pasado el sofocón que esta misma tarde deben padecer como cuarentena, se desearán lo mejor de lo mejor.
Tal vez sea solo un momento. Durante el cual alguno de los encuestados estará mirando de reojo a la wii o al tuenti, además. Pero esa será la foto fija que valga de verdad. Al menos, sería con la que yo me quedara.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Desierto


Ocho meses. Casi 250 días. Es lo que me ha costado recorrer el desierto más largo que he debido afrontar en mi vida; un desierto cuyos confines se mueven, caprichosos, de forma que la vista del caminante jamás llega a alcanzar su final. Ocho meses en los que he podido vivir en primera persona algunos de los más decepcionantes comportamientos del ser humano. Para ellos y ellas, mi absoluto desinterés. Y, espero que me perdonen, mi más profunda lástima.
He dejado atrás el sol abrasador, el peso de la impedimenta, lo agreste del camino y las plagas de parásitos. Incluso he conseguido sobreponerme a la escasez de agua y a las emboscadas de los bandidos… Por eso, hoy confieso mi alegría y, justo es, mi agradecimiento a un buen número de buenas personas que me han ayudado a completar este periplo. Algunos y algunas lo han hecho a mi lado, tirando de mí o empujándome, tratando de compensar mis momentos de debilidad; otros lo han hecho acompañándome durante grandes trechos, mientras me ayudaban a llevar mi carga; y muchos más me han jaleado cuando me encontraba o me cruzaba con ellos a lo largo del camino. A todos ellos, muchas gracias.
Lógicamente, debo dar las gracias a quienes, con sus voces y en la distancia, han sabido y han querido guiarme en esta última etapa hasta hacerme llegar a la comodidad de un oasis. Pero, más allá de eso, tengo que brindar un testimonio de gratitud muy especial a Manolo; y a Benito. También a Manuel. A Pepe. Y a Eugenio. Y… Todos ellos, tal vez sin saberlo, me han brindado durante estos meses la posibilidad de refugiarme, siquiera temporalmente, en unas reconfortantes umbrías. Gracias también a quienes, de vez en cuando, han marcado un número que en otros tiempos no paraban de teclear o han enviado un correo electrónico a esa dirección que llevaba muchos meses memorizada en su ordenador. Y a quienes, me consta, han tenido a este peculiar beduino en sus pensamientos y en sus conversaciones. Ellos y ellas saben a quiénes me refiero, porque han cruzado el desierto conmigo.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Rayado



Estoy rayado. Como el queso; con la única diferencia de que él, además de fundido, está rallado. No sé a qué responde lo suyo. Lo mío es por los controladores aéreos, unos tipos que llevan años jugando con cartas marcadas y exhibiendo groseramente los ases en su manga, sabiendo que van a desplumarte mientras tu cara de tonto se refleja en sus dientes de oro.
Mi mosqueo no responde a que lleve horas en un aeropuerto, aguardando a poder tomar un avión para pegarme el puente padre en Londres o en Canarias. Qué más quisiera yo… Mi cabreo viene de reconocerme en los miles de semejantes que se han pasado horas esperando poder tomar un avión en los distintos aeropuertos españoles, o tratando de aterrizar en territorio patrio.
Mis hijos (tienen 13 -casi 14- y 12 años) jamás se han visto obligados a viajar solos por ahí, con el ‘cartelón’ que les ponían antes al cuello, de aeropuerto en aeropuerto. Ayer y hoy, claro, tampoco lo han hecho. Y me alegro, porque no quiero ni pensar en el lío que habría montado sabiendo que están por ahí gracias al capricho de alguien…
No acostumbro a leer el Código Penal, pero a bote pronto no encuentro demasiada diferencia entre sepultar en un zulo a un tío durante un año y retener a miles de personas en un aeropuerto, hurtándoles uno o dos días de su vida por una reclamación laboral. Uno o dos días en los que, además, puede haber en juego cuestiones que no se prestan a segundas oportunidades.
Desconozco si los controladores desarrollan su trabajo en los propios aeropuertos, como en aquellas películas de catástrofes aéreas de los 70 y sus secuelas en clave de comedia. Si fuera así, ofrezco gratis total la solución a estas cíclicas extorsiones con forma de protestas laborales: ubicar el aparcamiento de estos sufridos trabajadores justo al lado de las terminales, convenientemente señalizados. Así, el pueblo soberano sabría dónde encaminarse para mostrarles el caluroso agradecimiento que merecen por su impagable labor.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿Ajeno?


Confío en que no se trate de la cercanía de la Navidad, pero esta campaña de Médicos sin Fronteras me ha conmovido. De esa forma en la que te conmueves cuando tomas conciencia de que tus insignificantes dioses griegos te aprietan pero no te ahogan; mientras hay miles o millones de semejantes que han perdido hasta la esperanza. Castigados por la enfermedad, por la desgracia, por la miseria. Por la injusticia, en suma. Ella sí ahoga, ayudada por los peores cómplices: el silencio y el desinterés.
'Pastillas contra el dolor ajeno' persigue retumbar en nuestras conciencias. Y ésta es mi modestísima aportación; como un susurro.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Éxito


Hace apenas un par de semanas, publicaba una entrada dedicada a mis compañeros del CD Nazaret de Tai-Jitsu. Y hoy vuelvo a hacerlo encantado. Han cosechado un nuevo éxito deportivo que se suma a los ya logrados anteriormente. Esta vez ha sido en la Copa Internacional de Nihon Tai-Jitsu que se ha celebrado en Madrid.
Las copas, medallas y diplomas logrados en las competiciones se van acumulando. Ahora bien, si la calidad humana tuviese también una traducción en trofeos y perseas, hace tiempo que el CD Nazaret de Tai-Jitsu habría agotado las vitrinas. Dejo la nota de prensa, con mi más sinceras felicitaciones.

Éxito internacional del CD Nazaret de Tai-Jitsu
La delegación jerezana logra un campeonato y otros cuatro puestos de privilegio en la Copa Internacional, una cita de primer nivel que ha reunido a deportistas de cinco países
Tras su brillante paso por la IV Copa de España disputada el pasado mes de octubre, el CD Nazaret de Tai-Jitsu ha cosechado un nuevo éxito, en este caso en la Copa Internacional de Nihon Tai-Jitsu, disputada en la localidad madrileña de Villaviciosa de Odón los días 20 y 21 de noviembre. Allí, la delegación jerezana compitió con representantes de cinco países (Francia, Hungría, Marruecos y Argelia, además de otros clubs nacionales que como el CD Nazaret habían logrado su clasificación en la reciente Copa de España).
El balance de la representación jerezana incluyó un primer premio, un segundo, un tercero, un cuarto y un quinto puesto, lo que significa un éxito sin precedentes en una cita que ha sorprendido a los propios expertos por el elevado nivel de sus participantes. David Baro Falcón, recientemente proclamado campeón de España, se alzó con el primer puesto de la Copa Internacional en la modalidad individual masculina de Goshin Shobu, considerada como la auténtica ‘prueba reina’ y que básicamente consiste en técnicas de defensa personal reales y libres. Mientras, Almudena Caballero Pizano, María Agabo García y Marta Caballero Pizano coparon los puestos segundo, tercero y cuarto en la modalidad femenina de Goshin Shobu. Paralelamente, la pareja compuesta por Almudena Caballero y Pablo Caro Ojedo se clasificaron en quinto lugar en la disciplina de Randori (combates de exhibición).
Manuel Caballero, profesor y maestro del CD Nazaret de Tai-Jitsu, ha asegurado que “la competición se ha caracterizado por un elevadísimo nivel de calidad y de intensidad por parte de todos los participantes, por lo que el mérito de nuestros jóvenes tiene incluso un mayor valor que el que ya indican de por sí sus magníficas clasificaciones”.
La clausura de la Copa Internacional tuvo además un eminente acento jerezano, ya que la delegación del CD Nazaret de Tai-Jitsu fue la encargada de poner el broche de oro al evento con un espectáculo que conjuga la unión de la música y el baile de nuestra tierra con algunas disciplinas de artes marciales. El vicepresidente de la Federación Mundial de Nihon Tai-Jitsu, Javier Moreno, y el director técnico de la Federación Mundial de Nihon Tai-Jitsu, el maestro Roland Hernaez, invitaron expresamente a la delegación de la ciudad a protagonizar esa exhibición, que supone un alegato a favor de la no-violencia. Al término de la misma, el propio Roland Hernaez (considerado el alma mater de esta disciplina y una auténtica leyenda de la misma) trasladó a la representación jerezana sus felicitaciones porque “este espectáculo cumple perfectamente con la filosofía del budo (el principio inspirador de las artes marciales) y con el espíritu del flamenco, un arte al que soy un gran aficionado”.
La delegación que ha situado en el primer plano internacional del Tai-Jitsu tanto el nombre del Club Nazaret como el de la ciudad de Jerez fue encabezada por Manuel Caballero y estuvo integrada por David Baro, Almudena Caballero, María Agabo, Marta Caballero, Francisco Velázquez-Gaztelu, Pablo Caro, Nuria González Rosa, Iván Fernández Gómez, Javier Izquierdo Ruiz, Eduardo Bazán, Carolina Macías Alé y Priscila Villalba Rodríguez.

(En la imagen que acompaña a esta nota aparece la delegación del CD Nazaret de Tai-Jitsu con algunos maestros que participaron en la Copa Internacional en Madrid. El primero por la izquierda es Roland Hernaez, la leyenda mundial del Tai-Jitsu)

martes, 16 de noviembre de 2010

Flamenco


"El flamenco constituye el elemento más internacional de la cultura andaluza. Nos muestra como pueblo y proyecta lo mejor que Andalucía ha sido capaz de dar a los ojos del mundo. Enseña nuestras raíces para hacerlas universales". Lo ha dicho hoy el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, tras conocerse que la Unesco ha declarado al flamenco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Tras ese reconocimiento, y en consecuencia con el mandato estatutario que parte de la consideración del flamenco como "elemento singular del patrimonio cultural andaluz", el presidente de la Junta ha anunciado una serie de iniciativas que derivarán, entre otras cosas, en que ese arte andaluz y ya oficialmente universal se integre en el currículo escolar; y en que sea materia de estudio en las diez universidades públicas de la Comunidad Autónoma, de la mano de programas de doctorado y de posgrado.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Aplauso


Son jóvenes. Y de Jerez. En este caso se trata de 13 de ellos; aunque son más. En realidad, somos más, aunque para algunos de nosotros la juventud no sea más que un recuerdo casi en blanco y negro. La cuestión es que 13 de estos jóvenes deportistas jerezanos, encabezados por el maestro Manolo Caballero, la han liado en la reciente Copa de España de Nihon Tai-Jitsu… Aquí va la nota de prensa elaborada desde el CD Nazaret de Tai-Jitsu; y con ella, mi aplauso y mi enhorabuena:

El CD Nazaret de Tai-Jitsu brilla en su debut en la Copa de España
Trece jóvenes deportistas acuden a Madrid a una cita de la que se traen un campeonato, un subcampeonato, dos terceros puestos y dos cuartos
Un total de 13 jóvenes jerezanos pertenecientes al CD Nazaret de Tai-Jitsu han participado en la IV Copa de España de Nihon Tai-Jitsu, celebrada recientemente en el Centro de Tecnificación de Judo de la Comunidad de Madrid, en Villaviciosa de Odón. La delegación jerezana, encabezada por el profesor y maestro Manuel Caballero, ha rayado a gran altura en esta cita que suponía su debú en un campeonato nacional y que ha tenido lugar pocos meses después de su ‘bautismo de fuego’ en un Campeonato de Andalucía.
La clasificación final de la Copa de España arroja un magnífico palmarés para los jerezanos, ya que lograron un campeonato nacional, un subcampeonato y dos terceros puestos, con lo que coparon cuatro de los doce puestos de honor del ranking final del evento. David Baro Falcón consiguió alzarse con el título nacional en la modalidad individual masculina de Goshin Shobu, considerada como la auténtica ‘prueba reina’ y que básicamente consiste en técnicas de defensa personal reales y libres; mientras, Almudena Caballero y Marta Caballero lograron situarse en segundo y tercer lugar en la clasificación femenina de esta misma modalidad de Goshin Shobu. María Agabo, también integrante de la delegación jerezana, quedó clasificada en cuarto lugar.
Paralelamente, la pareja integrada por David Baro y Francisco Velázquez-Gaztelu se situó en tercer lugar en la modalidad de Randori (combates de exhibición); el cuarto puesto correspondió a la pareja Pablo Caro-Almudena Caballero.
La Copa de España de Nihon Tai-Jitsu incluyó la disputa de cuatro modalidades: las ya reseñadas de Goshin Shobu (masculino y femenino) y Randori, así como la de Kata. Si se tiene en cuenta que el CD Nazaret de Tai-Jitsu no presentó participante alguno en este último apartado, se concluye que la representación jerezana brilló con luz propia en su primera comparecencia en la Copa de España.
Manuel Caballero, profesor y maestro del CD Nazaret de Tai-Jitsu, ha destacado el “magnífico papel desempeñado por los miembros del club en la Copa de España, máxime teniendo en cuenta que estábamos ante nuestra primera presencia en una cita de estas características, y que sólo contábamos con una participación en el Campeonato de Andalucía, cuando nos proclamamos campeones por equipos”.
Para valorar en su justa medida el resultado cosechado, Manuel Caballero ha añadido que “en Madrid participaban deportistas que acumulaban hasta 18 citas del más alto nivel, desde campeonatos autonómicos pasando por nacionales e internacionales, lo que revela el altísimo nivel al que hemos debido competir”. Finalmente, Manuel Caballero ha hecho público “nuestro agradecimiento al Club Nazaret, por el apoyo que tradicionalmente nos viene prestando y que ha vuelto a quedar de manifiesto en esta ocasión en la que hemos llevado su nombre y el nombre de Jerez a una cita de la importancia de la Copa de España”.
Se da la circunstancia de que los tres primeros clasificados en cada disciplina de la Copa de España representarán a nuestro país en la próxima Copa Internacional de Nihon Tai-Jitsu, que se celebrará el próximo 20 de noviembre en Madrid y que reunirá a los mayores expertos mundiales de este deporte, entre los que se encontrarán cuatro jóvenes jerezanos.

jueves, 14 de octubre de 2010

Salvados


Hace un montón de años, cayó en mis manos un libro titulado ‘El ojo mágico’, una recopilación de imágenes impresas de tal forma que, forzando la vista de una determinada manera, obraban el ´milagro’ de revelar una efigie en tres dimensiones hasta entonces oculta. Según mi propia experiencia, es sólo cuestión de una fracción de segundo, en la cual dejas de ver lo que está delante de tus ojos y pasas a contemplar esa misma realidad pero a través de un nuevo prisma.
Antes que nada, debo admitir mis serias dudas acerca de si seré capaz de reflejar lo que quiero poner de manifiesto con esta entrada. A priori, no me parece sencillo. Pero sí estoy seguro de qué siento y de qué quiero contar.
El episodio en cuestión se remonta al pasado mes de agosto, cuando un grupo de mineros chilenos quedó sepultado bajo toneladas y metros de roca. Ya entonces me pareció una historia increíble, de esas que ponen a flor de piel algunos de los mejores sentimientos de los que es capaz el ser humano. En una entrada en este mismo blog, decía que el simple conocimiento de la existencia de ese grupo de personas, a casi un kilómetro camino del infierno, había tenido un efecto demoledor sobre las conciencias de las gentes de bien de todo el mundo. Tanto que, desde que uno de ellos protagonizó ese ejercicio de periodismo improvisado que quedará para la historia de “estamos bien los 33 en el refugio”, quienes teníamos un problema de verdad éramos los 6.000 millones que habitamos sobre la corteza terrestre. No ellos.
Ellos habían hecho su papel, habían cumplido con creces su ‘obligación’ llamando la atención sobre su estado; y aun durante los siguientes meses han dado toda una lección de entereza, probablemente superando cualquier expectativa en semejantes circunstancias. De forma que la responsabilidad y la urgencia recaían en quienes tenían (o teníamos) en nuestras manos poder devolverles a la vida, independientemente del coste técnico y económico que hubiera que afrontar.
De alguna manera, esta entrada pretende reflejar un sentimiento, absolutamente personal, que experimenté ayer a tenor del particular pensamiento que antes desgranaba y siguiendo el ejemplo de ‘El ojo mágico’. Si se acepta el razonamiento de quién era responsable de solventar una posible tragedia sin precedentes, si he conseguido variar el punto de vista sobre este asunto y cambiar así el peso de la angustia (de forma que ya no se cerniese circunstancialmente sobre los sepultados sino que amenazase con aplastar para siempre a quienes teníamos en nuestras manos su existencia), sólo se me ocurre una solución lógica de este silogismo: no ha sido el mundo quien ha salvado a los 33; muy al contrario, han sido ellos los que han acudido al rescate de todos nosotros. Nos han salvado, y jamás se lo agradeceremos lo suficiente.

(La imagen que ilustra esta entrada es la portada de los compañeros de El Mercurio; una portada que ya forma parte de la gran hemeroteca de nuestro pequeño mundo).

martes, 12 de octubre de 2010

América


Navegó al Ouesudueste. Tuvieron mucha mar, más que en todo el viaje habían tenido. Vieron pardelas y un junco verde junto a la nao. Vieron los de la carabela Pinta una caña y un palo, y tomaron otro palillo labrado a lo que parecía con hierro, y un pedazo de caña y otra hierba que nace en tierra, y una tablilla. Los de la carabela Niña también vieron otras señales de tierra y un palillo cargado de escaramojos. Con estas señales respiraron y alegráronse todos. Anduvieron en este día, hasta puesto el Sol, 27 leguas.
Después del sol puesto, navegó a su primer camino al Oueste. Andarían doce millas cada hora, y hasta dos horas después de media noche andarían 90 millas, que son 22 leguas y media. Y porque la carabela Pinta era más velera e iba delante del Almirante, halló tierra y hizo las señas que el Almirante había mandado. Esta tierra vido primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana. Puesto que el Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, vio lumbre, aunque fue cosa tan cerrada que no quiso afirmar que fuese tierra, pero llamó a Pedro Gutiérrez, repostero de estrados del Rey, e díjole que parecía lumbre, que mirase él, y así lo hizo y vídola. Díjole también a Rodrigo Sánchez de Segovia, que el Rey y la Reyna enviaban en el armada por veedor, el cual no vio nada porque no estaba en lugar do la pudiese ver. Después que el Almirante lo dijo, se vio una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba y levantaba, lo cual a pocos pareciera ser indicios de tierra; pero el Almirante tuvo por cierto estar junto a la tierra. Por lo cual, cuando dijeron la Salve, que la acostumbraban decir e cantar a su manera todos los marineros y se hallan todos, rogó y amonestóles el Almirante que hiciesen buena guarda al castillo de proa, y mirasen bien por la tierra, y que al que le dijese primero que veía tierra le daría luego un jubón de seda, sin las otras mercedes que los reyes habían prometido, que eran diez mil maravedís de juro a quien primero la viese. A las dos horas después de media noche pareció la tierra, de la cual estarían dos leguas. Amaynaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande, sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes que llegaron a una isleta de los Lucayos, que se llamaba en lengua de Indios Guanahani. Luego vieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real, y los capitanes con dos banderas de la cruz verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos por seña, con una F y una Y, encima de cada letra su corona, una de un cabo de la + y otra de otro. Puesto en tierra vieron árboles muy verdes, y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio como él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha Isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escrito. Luego se juntó allí mucha gente de la Isla. Esto que se sigue son palabras formales del Almirante en su libro de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias: "Yo dice él, porque nos tuviesen mucha amistad porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a Nuestra Santa Fe con Amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos a donde nos estábamos, nadando y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuenticillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad, mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vide más de una harto moza, y todos los que yo vieran todos mancebos, que ninguno vide de edad de más de 30 años, muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras, los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballos y cortos. Los cabellos traen por encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan. De ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios, ni negros ni blancos, y de ellos se pintan de blanco, y dellos de colorado, y de ellos de lo que hallan; y se pintan las caras, y dellos todo el cuerpo, y de ellos solos los ojos, y de ellos sólo la nariz. Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo, y se cortaban con ignorancia. No tienen algún hierro; sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas de ellos tienen al cabo un diente de pece, y otras de otras cosas. Ellos todos a una mano son de buena estatura de grandeza y buenos gestos, bien hechos. Yo vi algunos que tenían señales de heridas en sus cuerpos, y les hize senas que era aquello, y ellos me mostraron cómo allí venían gente de otras islas que estaban cerca y los querían tomar y se defendían. Y yo creí y creo que aquí vienen de tierra firme a tomarlos por cautivos. Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dicen todo lo que les decía. Y creo que ligeramente se harían cristianos, que me pareció que ninguna secta tenían. Yo, placiendo a Nuestro Señor, llevaré de aquí al tiempo de mi partida seis a Vuestra Alteza para que aprendan a hablar Ninguna bestia de ninguna manera vi, salvo papagayos en esta Isla". Todas son palabras del Almirante.

El texto es un extracto del ‘Diario de a bordo’ de Cristóbal Colón, según lo recoge Fray Bartolomé de las Casas. El fragmento arranca el 11 de octubre de 1492 y se prolonga en su mayor parte por la jornada siguiente. Es decir, tal día como hoy, hace 518 años.

La imagen, supongo, no difiere mucho de lo que Colón y sus hombres encontrarían al divisar la isla de La Española, apenas un par de meses después y también en su primer viaje a las Indias. Sin embargo, la foto fue tomada por un servidor casi 514 años más tarde, en un pequeño paraíso llamado República Dominicana.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Huelga


La cosa está para pocas bromas. Espero que esta entrada no se tome como tal. Y es que hoy, después de todo un proceso de profunda reflexión conmigo mismo, he decidido hacer huelga. Sí, huelga de mi condición de desempleado; lo que es un completo engorro, porque me ha obligado a mantener una agenda apretadísima, tratando de llamar la atención sobre mi ‘peculiar problemática’.

¿Y cómo se consigue eso? Lo de llamar la atención, no tengo ni idea, porque no creo que sea cuestión de comprar un megáfono en un bazar y liarla parda por la calle… Así que me he propuesto hacer un montón de cosas, y las estoy haciendo; un montón de cosas por las que hasta hace apenas unos meses cobraba un salario y que me permitían asegurar mi bienestar y el de los míos, al tiempo que contribuía a la riqueza de este país. Pero hoy las estoy haciendo gratis, como si fuera una especie de ‘voluntariado reivindicativo’. Y parece que algún efecto estoy causando, porque al menos un par de personas se han quedado con los ojos como platos al verme en pleno ejercicio de mi particular protesta. Una suerte de estajanovismo de balde.

Si cientos de miles e incluso millones de personas que tienen la posibilidad de trabajar han decidido, libre y conscientemente, no hacerlo hoy, a mí se me ha ocurrido lo contrario. Es cierto que yo puedo tenerlo más fácil, porque nadie me descontará ni un céntimo de mi prestación por desempleo. Toda una ventaja, faltaría más. Como contrapartida, en apenas unas horas me daré de bruces con esa realidad que Serrat decía que no era triste, sino que simplemente no tenía remedio. Será entonces cuando, con la resaca a cuestas, vuelva el pobre a su pobreza, vuelva el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas; cuando se despierte el bien y el mal, la zorra pobre al portal, la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas. Será, simplemente, otro jueves al sol.

(La foto me ha hecho gracia. La he tomado esta mañana en la calle Honda; en Jerez, claro. Aunque aquí, menos bromas todavía)

domingo, 12 de septiembre de 2010

Inflación

Acabo de regresar de Alcalá; de la romería de la Virgen de los Santos. Mi amigo Alfonso ha obrado el milagro de que descubriera por fin esa fiesta tradicional… y lo ha hecho de tal forma que, si por mí fuera, me apuntaría por los siglos de los siglos. Pero de eso habrá que hablar dentro de un año.
La cuestión es que, llegada la hora de regresar a casa, he tenido ocasión de darme de bruces con la realidad económica que es ajena a las estadísticas oficiales pero que, por desgracia, forma parte de la experiencia vital cotidiana de miles y millones de españoles. Sé que no deja de ser una anécdota. Y así la reflejo, pero mucho me temo que estamos rodeados de anécdotas que, como las causas de Silvio Rodríguez, nos van cercando “cotidianas e invisibles”.
En primer lugar, de las tres tiendas ‘de conveniencia’ que se sitúan en los alrededores de mi domicilio (aquellas en las que se puede encontrar aceite de oliva, ‘salvaslips’, donuts, cromos de la Liga BBVA y pictolines a casi cualquier hora), esta tarde-noche sólo estaba abierta una… ¿Un cerrojazo industrial silencioso como consecuencia de la crisis? Las organizaciones de autónomos (al menos, las que hablan y salen en los papeles) dicen que en esta ciudad están cayendo chuzos de punta… Así que al sufrido consumidor le toca pasearse por la barriada. Por suerte, el calor y la levantera provocan que no haya demasiadas aglomeraciones por las calles, al contrario que ha sucedido en Madrid con la ‘noche en blanco’.
En segundo término, una vez que el libre mercado se ha convertido en monopolio, llega mi siguiente sorpresa (lógica, una vez asimilada la ausencia de competencia): la bolsa de 40 gramos de pipas que hace apenas dos semanas ‘cotizaba’ a 20 céntimos ha visto ‘dispararse’ su valor hasta las 25 unidades básicas. Coño con el Banco Central Europeo y su lucha contra el desbocamiento de los precios: nada menos que una inflación del 25% en sólo unos días…
Mi amigo Alfonso se ha puesto pesado y no me ha dejado llevar nada a la cita en Alcalá. Después del homenaje que me ha ofrecido en sus dominios, voy a tratar de hacer acopio de pipas por si en 2011 también se acuerda de mí y puedo corresponder a su generosidad. En el fondo, espero que me convide nuevamente. Para poder impresionarle con mis pipas, es cierto. Pero si por lo que fuera no vuelve a invitarme, siempre podré venderlas en el mercado negro. Mis brokers ya están en ello.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Impacto


Tras la entrada de ayer relativa al atentado terrorista en las Torres Gemelas de Nueva York de 2001, traigo al blog otro documento gráfico sacado de las ‘tripas’ del ordenador sobre el mismo tema. Cuando lo encontré en la red hace ya buen tiempo se ‘presentaba’ como una página del semanario francés Le Point publicada más de dos décadas antes del célebre 11-S. La publicidad que aparece en ella es de las líneas aéreas de Pakistán. Sin duda, el efecto es hoy mucho más impactante y sobrecogedor que cuando vio la luz, allá por 1979…

viernes, 10 de septiembre de 2010

Cien


Cien. Un número redondo. Es más, un número con dos cifras redondas: el que ha alcanzado el ‘contador’ de entradas de este blog desde que echó andar como regalo de Reyes hace ya más de un año y medio. Justo ese día en que se hizo realidad otro regalo igualmente pedido a los tres Magos: dejar de fumar.
Y en eso sigo, tantos días después, con un ritmo no demasiado angustioso de publicación en esta bitácora (desde luego, lejos de la estajanovista capacidad de algunos admirados autores cibernéticos) y, lo que me enorgullece más, con una absoluta abstinencia en el consumo de tabaco.
Un centenar de entradas después de aquel tímido arranque, he encontrado en el ordenador una imagen archivada hace ya tiempo y que viene al pelo tal día como hoy: es la portada de The New York Times del 12 de septiembre de 2001, el día siguiente al ataque terrorista a las Torres Gemelas. Mañana se cumplen nueve años de esa tragedia; nueve años en los que me temo que no hemos aprendido demasiadas cosas. Los noticieros están llenos de ejemplos de intolerancia, de desprecio, de odio al diferente… Entre individuos, entre países o, lo que me parece aún peor y enormemente más peligroso, entre estados soberanos y colectivos étnicos, grupos sociales o sensibilidades religiosas. Una y otra vez, gracias a mesías y profetas, en la misma piedra.

martes, 7 de septiembre de 2010

Campeón

No es la primera vez que lo digo: vivimos en un mundo de apariencias, de individuos disfrazados de personas importantes, de gentes inseguras que engolan la voz para parecer algo, de semejantes travestidos para mostrar una imagen que no es la suya, de mediocres que piensan que sacar pecho y meter barriga hace aparentar un cuerpo envidiable, de presuntos intelectuales que lo más que han leído son los mensajes de las galletas chinas de la suerte… Desgraciadamente, hay necios y necias que se dejan engañar por esos disfraces, esas voces, esas falsas imágenes, esos cuerpos ficticios, esas mentes tan yermas como aparentemente preclaras; necias y necios que se dejan engañar y que incluso valoran esas supuestas virtudes. ¿La razón? Seguramente, porque su propia mediocridad provoca que confundan lo que es con lo que parece, el rábano con las hojas, el culo con las témporas...
Esta mañana he leído en El País una magnífica entrevista a Andrés Iniesta, un tipo que destila normalidad, una persona corriente que, con toneladas de esfuerzo, ha sido capaz de aprovechar un don y hacer realidad su sueño. Todo lo que vale cuesta, y éste es un ejemplo de cómo se logra el éxito. No estoy hablando de ganar la Champions ni de la Copa del Mundo: ésas son anécdotas en la carrera de un deportista, porque son miles los factores que influyen para que la pelotita entre en la portería o dé un inoportuno botecito medio metro antes y sea escupida por un palo. El éxito es otra cosa, es ser ante todo persona sabiendo unir talento y talante, incorporando grandes dosis de sacrificio (el episodio de su viaje de Albacete a Barcelona siendo un niño me ha puesto un nudo en la garganta). El éxito de verdad, el verdadero premio, no es otro que reconocerse día tras día cuando uno se mira en el espejo. Si esto no sucede, nada de lo anterior habrá merecido la pena. Y todo será hueco. Ser campeón es otra cosa.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Septiembre

El año debería comenzar el 1 de septiembre, después del parón que el mes de agosto impone para la actividad general (con incomprensibles parálisis incluso de servicios esenciales). Con septiembre viene la vuelta al cole, el inicio del curso político y el reencuentro con la normalidad, con lo cotidiano.
Agosto y el verano en general traen consigo una suerte de espejismo en el que casi todo se relativiza, en el que las cosas tienden a funcionar a medio gas y como con menos presión. Tal vez sea sólo por causa del calor, pero siento que se genera algo así como un estado mental colectivo que nos predispone a ver las cosas de distinta manera, de una forma más relajada, más amable…
Pero llega septiembre. Y la verdadera cuesta, a mi entender mucho más empinada que la de enero ya que a las dificultades económicas de aquella se suman ahora las psicológicas de la inmersión en la realidad durante casi un año entero, a la espera de recuperar las terracitas y las noches al fresco, cuando todo se ve con otros ojos.
En mis tiempos de estudiante jamás tuve que presentarme a un examen en septiembre. No es algo de lo que esté especialmente orgulloso, pero no podía soportar la sola idea de tener que pasarme el verano hincando los codos. Especialmente porque no me suponía ningún sacrificio sacar adelante las materias en su tiempo natural, a cambio de lo cual obtenía luego hasta casi tres meses para mi absoluto uso y disfrute.
Creo que no debe de ser nada bueno asomarse a septiembre con ansiedad por finalizar aquello que se dejó pendiente, antes de centrarse en las nuevas obligaciones que impone el curso que empieza. Aunque mucho peor será hacerlo sin ni siquiera haberse rozado con los libros durante el verano ni haberlos abierto en los meses precedentes en los que no se acudió a clase y se vivió peleado con buena parte de los profesores que serán los encargados de decidir tu futuro y con los compañeros que pueden o no dejarte fotocopiar sus apuntes.
Me da pavor pensar en un septiembre así, con las urgencias naciendo y multiplicándose al sentir que todo está sin hacer; cuando lo verdaderamente importante no es eso, sino centrarse en llegar en las mejores condiciones al final de un curso que ya se nos está escapando entre los dedos de las manos. De lo contrario, volverán las angustias en el próximo septiembre.

sábado, 28 de agosto de 2010

Solidarios

La estadística no miente. España continúa liderando el número de donaciones de órganos y de trasplantes, un ranking que ocupa menos minutos en las televisiones que cualquier campeonato deportivo de medio pelo pero que sin duda ofrece un motivo de mayor peso para felicitarse como colectividad que una buena clasificación en un medallero.
Siempre me ha llamado la atención ese papel de privilegio en un asunto que, aunque a mí no me lo parezca, puede presentar diferentes aristas, en no pocos casos fruto de una tradición socio-religiosa que apuesta más por la caridad que por la solidaridad; que regala lo que sobra pero que guarda celosamente aquello que tal vez pueda ser necesario. Incluso llegado el momento en que nada se necesita ni va a necesitarse.
Sinceramente, creo que el gesto de donar dice muy poco a favor de quien lo realiza: es lo menos que puede hacerse, máxime cuando ya todo es exceso de equipaje. Volviendo la activa por pasiva, considero que la negativa a ofrecer a un semejante una esperanza de calidad de vida (cuando no de vida propiamente dicha) sí descalifica a quien pueda escudarse en cuestiones morales o afectivas. Algo así como la parábola de Lázaro y Epulón, sólo que en aquella historia éste no sentía la necesidad de justificarse ni de tranquilizar su conciencia ante la necesidad de un semejante.

(Éste es el enlace a la web de la Organización Nacional de Trasplantes)

martes, 24 de agosto de 2010

Historias

Confieso que la historia me tiene fascinado. De esa forma en la que uno asiste a un acontecimiento que, por lo rebuscado de su argumento, parece más una novela o una película en la que “cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia”. Pero no. La epopeya de los 33 mineros chilenos sepultados en un yacimiento de Copiapó desde hace prácticamente tres semanas es auténtica; tanto que cuesta trabajo ponerse en su piel. En la piel de todos y cada uno de ellos, con sus miedos y sus esperanzas.
¿Qué pasa por la cabeza de un hombre enterrado vivo? Hace un par de días, los 33 mineros chilenos lograron hacer llegar un mensaje al exterior. Y lo saben. Saben que sabemos que están vivos, con lo que la presión ya no es suya. Los días de silencio desde el exterior, las semanas de incomunicación, las inimaginables angustias rodeados de polvo y oscuridad han terminado; su mensaje y el posterior ‘diálogo’ con ellos no hacen sino trasladar al resto del mundo la responsabilidad de lo que pueda pasar con ellos. A todos excepto a las 33 personas que están sometidas a las condiciones más extremas que alcanzo imaginar; tanto que parece que son conscientes de que deberán esperar incluso semanas antes de poder ver la luz. Sólo puedo imaginar una situación peor que la que atraviesan estas personas: la de sus padres, sus hijos o sus esposas, la de aquellos que de buena gana se cambiarían por unos seres queridos de los que les separan unos pocos centenares de metros y bastantes miles de toneladas de roca.
Si son ciertas todas las cosas que se dicen y se escriben al respecto, los 33 mineros de Copiapó apenas han pedido un puñado de cosas. Entre ellas, cepillos de dientes, lo que es todo un síntoma de lo que llegado el momento se puede llegar a valorar aquellas cosas que forman parte de nuestro universo cotidiano aquí en la superficie, donde nos sentimos inmortales. Toda una historia, sí señor.

domingo, 22 de agosto de 2010

Regreso


El mes de agosto ha sido (está siendo) época de reencuentros. Con personas y lugares, algunos distantes cientos de kilómetros de esta tierra al sur del sur de Europa. Reencuentros con sitios y con semejantes, que es tanto como decir reencuentros con la memoria, con la propia vida. Con lo que hizo que uno sea lo que es, con principios y convicciones forjadas a golpe de enseñanza y de ejemplo de quienes te han acompañado en esta apasionante aventura que es ir construyéndose uno mismo, casi sin darse cuenta, hasta que se empieza a colaborar a construir a otros que harán lo propio con quienes vengan más tarde.
Por fin puedo asomarme al blog en este mes de agosto en el que he buceado en mis recuerdos, en lugares casi mágicos por su carga afectiva y por la niebla de misterio que les otorga la distancia. Ha sido y está siendo un mes de acantilados de roca viva sobre los que golpea un mar bravo, de olvidados olores a hierba y a árboles casi perdidos en la memoria, de profundas tradiciones que he debido recuperar bajo una gruesa capa de polvo. Una suerte de viaje iniciático en mitad del camino del que he regresado con la fuerza que da ser consciente de la solidez de los propios cimientos.
Me alegro de haber regresado a lo que fui. Porque me siento más fuerte en lo que soy; y más firme en lo que debo ser.

(En la foto, la Torre de los Iruña o de Doña Otxanda, en Vitoria)

martes, 27 de julio de 2010

Encanto


Llevo varios días moviéndome por esta bendita provincia y he visto algunas cosas que me han sorprendido gratamente. De esta forma, una aparente obligación se ha convertido en una devoción inesperada; y, tal vez por ello, doblemente reconfortante.
Una de esas sorpresas ha tenido lugar hoy mismo: la ingente cantidad de turistas que se daban cita en el centro de Cádiz. He escuchado hablar en inglés (muchísimo), en catalán y en euskera. He visto automóviles franceses y familias enteras alemanas. Las terrazas más señeras del casco histórico estaban hasta la bandera de personal foráneo, que comí y bebía por derecho. Desconozco si esa afortunada avalancha tenía mucho que ver con los dos colosales buques de crucero que esta mañana se mostraban orgullosos en el muelle. Si es así, alguien tendrá la ‘culpa’ de que buena parte de ese tipo de pasaje ya no reduzca su estancia en Cádiz a recorrer los escasos metros que separan la escala del barco y el autobús que les llevará a Sevilla, para regresar de nuevo en él a pie de escala, justo a la hora de zarpar.
Menos me ha sorprendido (por ya sabido, no porque haya perdido esas características) que Cádiz continúe siendo la ciudad que sonríe. Pocas veces un lema hace tanta justicia a una ciudad amable y abierta. Y limpia. Porque, tras algunos problemas hace un tiempo, Cádiz vuelve a mostrarse limpia y orgullosa. Entiendo que eso no sólo es un reflejo de sus habitantes sino que esa limpieza devuelve a sus propios vecinos una imagen mejor de su entorno; e, indirectamente, les obliga a un mayor celo en su cuidado. Sin duda, la mejor inversión para una ciudad que quiere vivir del turismo.
Y una agradable sorpresa más ha sido Vejer , tal vez porque he vuelto a ella después de un cierto tiempo. Barbate concentra un mayor número de amigos y de vivencias, motivo acaso por el que suelo pasar de largo… Pero Vejer me ha maravillado. Conocía su recuperado casco antiguo, ciertas experiencias hosteleras y comerciales ‘con encanto’… Pero la imagen general ha sido incluso mejor que tanta suma de aciertos parciales. A modo de ejemplo, el azulejo que encabeza esta entrada; la foto está tomada en el interior de un portal. En Vejer, sí. Otra ciudad que sonríe.

domingo, 25 de julio de 2010

Atracos


Las cámaras de seguridad de un banco de Nueva York han inmortalizado a un hombre mientras atracaba la oficina. Hasta ahí, era lo previsible: no que un individuo atracase un banco en esa ciudad sino que, si lo hacía, saliera retratado para la posteridad. Lo sorprendente ha sido que el delincuente compareciera en la sucursal, pistola en mano, disfrazado de Darth Vader, el malo malísimo padre de Luke Skywalker en la saga de Star Wars.
Algunas crónicas periodísticas destacan que testigos de la huida a la carrera del delincuente, ataviado con su capa negra y su inconfundible casco, pensaban que se trataba de una broma. He leído incluso que una de las personas que se encontraban en el banco no pudo evitar que se le escapara una risita cuando vio al señor del lado oscuro de la fuerza, pistola en mano, pedir que le fueran entregando toda la pasta de la galaxia.
Recuerdo haber visto alguna película en la que los atracadores se escondían tras sonrientes máscaras de Richard Nixon. Me daría pavor toparme con alguien con cara de Nixon, especialmente ahora que he descubierto que se las tuvo con Kissinger debido a su desmedido afán por comprobar el funcionamiento del botón nuclear. Pero lo que me acojonaría de verdad sería que me atracara alguien con una careta del pato Donald. Mi amigo Fernando Melero, un magnífico observador del ser humano, describía la estampa más terrorífica imaginable como la de una calle solitaria en plena noche, en la que una única farola alumbra a un inmóvil y sonriente payaso…
Dentro de todo, la noticia de Nueva York no deja de ser una simple anécdota. Nadie resultó herido y seguramente, el cinéfilo atracador acabará siendo detenido. Incluso puede que hasta se recupere el dinero, al contrario de lo que sucede con las comisiones que los bancos cobran a sus clientes. Y, por suerte, el disfraz elegido por el delincuente era consecuente con su actividad ilícita: al atraco, embozado, sí; pero vestido de villano, con lo que el episodio no ha causado daños en nuestro subconsciente ni ha salpicado a nuestros mitos y héroes.
Por el contrario, no quiero ni pensar qué pasaría si a los atracadores les diera por adoptar como uniforme de trabajo el hábito de la madre Teresa de Calcuta; la camiseta de la selección española de fútbol con el número 6 a la espalda; o el aspecto de cualquiera de los salvapatrias que tanto pregonan en los medios de comunicación el enorme sacrificio que asumen por sus desvelos en favor del bienestar de los españolitos y las españolitas. El sombrajo se nos quedaría mondo y lirondo de palos. Como si nos atracaran dos veces, vamos.

viernes, 23 de julio de 2010

Colonia

Esta mañana he estado en Gibraltar. Por si acaso, no fuera a ser que mi comentario anterior estuviera equivocado de cabo a rabo; y que los años de bloqueo a la reja para todo cristo en tiempos del franquismo se sustituyeran ahora por un tupido cedazo en el que sólo quepan, como los camellos por el ojo de una aguja, quienes lleguen ‘lubricados’ por el pago del oportuno peaje. Hablando de todo un poco, me ha sorprendido la ‘imagen amable’ del Cuerpo Nacional de Policía a ambos lados de la frontera, todo políticamente correcto y agradable de ver: agentes de uno y otro sexo sumamente educados y físicamente agraciados. Como si formaran parte de una campaña de promoción turística o algo similar, impulsada por el ministro y diputado gaditano Alfredo Pérez Rubalcaba.
Gibraltar sigue siendo peculiar; un rincón con enorme encanto pero sumida en una decadencia vertiginosa. Al menos así la veo yo, año tras año. Es una consecuencia de su tiempo; y en ese tiempo ha quedado anclada, a apenas un par de horas en avión de su metrópoli (probablemente el país más avanzado del mundo en cuanto a tendencias culturales y sociales) y prácticamente a un paso de ciudades del sur del sur de Europa que le dan mil vueltas en modernidad física, urbanística o ciudadana.
Eso sí, continúa siendo un crisol de culturas y de tipos humanos; y un ombligo a mitad de camino entre Europa y África. Porque sólo en un lugar como éste puede entenderse que esta mañana la principal atracción de la Main Street fuera, junto a un par de personas ‘practicando’ ese deporte urbanita que consiste en pintarse cuerpo y ropaje para permanecer hierático simulando haberse transformado en una estatua, una suerte de mesa petitoria que reunía a un grupo de damas de la Gibraltar Cat Welfare Society, la asociación inscrita con el número 91 en el registro de caridad de la colonia y que, como su propio nombre indica, dedica sus desvelos a garantizar la calidad de vida y el bienestar de la especie gatuna. O sea, a convertir a los individuos felis catus en felices gatos.

miércoles, 21 de julio de 2010

Peaje

Ciertos munícipes son célebres por una insólita afición: ordenar a sus subalternos (o hacerlo ell@s mism@s, si son de natural campechano) que porten un recipiente con agua con el que, sentida la imperiosa necesidad, poder ‘fabricar’ un charco en el que tirarse en plancha para desesperación de sus asesores de comunicación y de la ortodoxia de los partidos que los sustentan. Eso sucede en las localidades de interior, claro. Porque en aquellas que podrían cobrar el IBI al mar (no lo descartaría, al paso que va la ruina de los ayuntamientos…), la cosa es más sencilla para los próceres; y menos onerosa para los tiralevitas, que se ven liberados de la obligación de cargar penosamente con el búcaro.
El alcalde de La Línea (ciudad costera donde las haya), Alejandro Sánchez, ha propuesto el cobro de un ‘peaje’ a aquellas personas que accedan a Gibraltar, y en ello ha puesto a trabajar a los técnicos municipales. Para ello, se agarra a un doble motivo: la dejadez del Gobierno español hacia el municipio que hace de frontera con la Roca; y "la publicación en los medios de comunicación nacionales de que los ingresos presupuestados por parte de Gibraltar para el próximo año, cifrados en más de 350 millones de euros, proceden en su mayor parte del número de visitantes anuales procedentes de España". A juicio del alcalde de La Línea, "es imposible seguir manteniendo la situación actual por más tiempo, debido sobre todo a que Gibraltar es la gran beneficiada de todos los acuerdos que dependen de dicho foro" (el denominado Foro Tripartito, que reúne a los gobiernos de España y Reino Unido con las autoridades de la colonia).
La tormenta política, claro, no se ha hecho esperar. El medio gibraltareño 'de referencia' y algún que otro rotativo inglés ya se han hecho eco de la noticia o se han pronunciado al respecto (doy gracias de que el internet no he encontrado referencias de los diarios sensacionalistas británicos). Y el propio ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se ha entrevistado hoy mismo con el regidor linense, entiendo que no para proponerle como próximo secretario de Estado de Cooperación Internacional, ni para recomendarle que vaya puliendo pequeños defectillos con vistas a convertirse en el Javier Solana del siglo XXI.
El alcalde de La Línea asiste, como muchos otros (demasiados de ellos en la provincia), a una situación económica lamentable de las arcas municipales. A Sánchez (PP), sucesor del ex-GIL Juan Carlos Suárez tras la inhabilitación de éste, le ha pitado y abucheado su propia plantilla porque no es capaz de pagar las nóminas de sus trabajadores… Esos, los mismos, a los que ahora ha pedido que vean el margen legal para establecer el referido peaje. Es la monda.
A grandes males, grandes remedios; o grandes titulares, habrá pensado. Y, mezcla de una cierta desesperación con una buena dosis de oportunismo, utiliza el asunto del peaje para distraer la atención. De la misma forma que un jefe de Estado bolivariano en horas bajas se ha empeñado en desenterrar al propio Simón Bolívar. El viejo truco de los líderes acogotados, la cortina de humo que busca todo político cuando el rival o las circunstancias le han castigado tanto el hígado que apenas puede recuperar el aliento en su rincón. A grandes males, grandes ridículos, diría yo. Pero de ahí a plantear puestos de control de la Policía Local en las inmediaciones de la verja, en plan Checkpoint Charlie, va un mundo.
Llegados a este punto, me gustaría plantear dos alternativas al alcalde de La Línea. Entiendo que no le harán falta, porque dada la altura de sus reflexiones doy por hecho que debe de estar rodeado de un magnífico y carísimo equipo asesor. Pero, en todo caso, ahí van. Una, que ya que hasta el menos leído de los monos de Gibraltar sabe que el peaje es insostenible, baraje abiertamente la posibilidad de recuperar la figura de los corsarios: una suerte de ciudadanos que, sirla en mano, atraquen directamente a los turistas que pretendan acceder a la colonia, a mayor gloria de su alcalde y de la hacienda local; pudiendo sacarles toda la pasta, no sé por qué hay que conformarse con un ridículo peaje. Y dos, que dadas las dificultades para abonar los salarios a los trabajadores municipales, insista en la idea del pago del peaje, exclusivamente a su propia ciudadanía si bien por cualquier asunto: salir a la calle, pasear al perro, abrir el grifo, mirar por la ventana, hurgarse las orejas en los semáforos (no digo ya por llamar a la Policía Local o a la grúa, o porque se recoja la basura o se alquitranen las calles, asuntos todos que deberían estar gravadísimos). Así, tacita a tacita…

sábado, 17 de julio de 2010

Pedales

Leí la noticia hace un par de días. La National Highway Traffic Safety Administration (algo así como la DGT yanqui) investiga más de 70 accidentes mortales ‘protagonizados’ por vehículos fabricados por una firma japonesa. Al parecer, uno de los principales problemas que acuciaban al constructor (que ha debido revisar más de ocho millones de unidades en todo el mundo) era que esos siniestros se hubieran producido por una ‘aceleración involuntaria’ causada por un fallo en los componentes electrónicos.
Sin embargo, a tenor de una información publicada por The Wall Street Journal de la que se han hecho eco diversos rotativos europeos, las conclusiones parciales de esa investigación revelan que sólo uno de los 75 accidentes en cuestión tuvo como causa probable algún problema en la fabricación del vehículo. Dicho de otro modo, en el 98,67% de los casos, el accidente mortal se debió a que los conductores pisaron el acelerador cuando debieron haber accionado el freno.
Dejando a un lado el caso en sí, observo el episodio casi como si se tratase de una fábula sobre el reparto de responsabilidades. Un reparto que es contundente en su exigencia al conductor respecto al vehículo; de la misma forma que lo sería hacia el director sobre los miembros y las partes de la orquesta; al entrenador por encima de cada uno de los futbolistas; al líder más allá del cuerpo social o de la masa.
En muchas ocasiones, las organizaciones cuentan con un embrague magnífico, con un ordenador de a bordo impecable y con un sistema de regulación del ABS a prueba de bombas. Todos ellos, gracias a los avances en el diseño y en la calidad de los componentes, a la apuesta por la ID+T, a las repetidas pruebas y ensayos en materia de seguridad, a las oportunas revisiones que periódicamente se realizan al ‘ingenio’ que suma y da pleno sentido a la unión de todas las piezas, forman una máquina casi perfecta. Un prodigio de la técnica que, por desgracia, sólo vale para matarse si quien debe conducirlo se duerme al volante; o, simplemente, no es capaz de distinguir el freno del acelerador.

lunes, 12 de julio de 2010

Estrella


Sufrí una barbaridad. De esa forma que se sufre por aquello que se anhela. Y exploté cuando lo que parecía vedado durante años por la mala suerte y las más rebuscadas conjunciones astrales se logró por fin. La selección española sumaba su primera medalla al escudo de su pechera: era campeona del mundo de fútbol.
Es cierto que hoy nadie se ha hecho cargo de la hipoteca de mi casa; y que los grandes y pequeños problemas continúan enredados. Como lo estaban ayer a eso de las ocho y veinticinco de la tarde del domingo… Pero, a pesar de todo, fueron casi tres horas mágicas.
Fundamentalmente, disfruté porque trataba de ponerme en el lugar de los once muchachos vestidos de azul que han descubierto el verdadero significado de la palabra ‘equipo’ a más de cuarenta millones de personas. Quería intuir qué sentían, en quién pensaban, qué rostros se les pasaban por la mente mientras corrían por el Soccer City… Era su gran día pero, por mucho que trataran de explicarlo, no creo que fueran capaces de transmitirlo plenamente; ni el resto de los mortales de comprender en su integridad tal suma de sensaciones, recuerdos, ilusiones...
Ellos eran los protagonistas. Pero me fijé también en su seleccionador, un hombre trabajador, educado, elegante y prudente, una rara avis en un momento en que parece brillar socialmente la frivolidad, el exhibicionismo, la obscenidad y la impudicia. Si los futbolistas de España han enviado un mensaje de fondo a todo un país en torno a la capacidad de superación, al valor del esfuerzo, a la constancia, a la deportividad, a la calidad no exenta de sacrificio, al “podemos” que ya se hizo célebre en la Eurocopa de Austria y Suiza, el ejemplo didáctico de Vicente del Bosque no es en absoluto de menor enjundia.
Y en todo esto andaba cuando no pude evitar pensar en aquellas personas que, inmersas en sus problemas cotidianos, han sufriendo frustraciones de verano cada cuatro años durante décadas frente al televisor, maldiciendo los caprichos de la fortuna, las arbitrariedades de quienes no debían cometerlas, las malas artes de los rivales o, simplemente, la superioridad del oponente. Personas como yo, que nada nos jugábamos de verdad en nuestra hacienda o en nuestra honra con esto del balompié…
Fue mientras los once chavales que ya han pasado a la historia del deporte y, no creo que sea una exageración, a la historia de este país, apuraban los últimos segundos sobre el pasto. Justo entonces, de forma súbita e inexplicable, me invadió un extraño sentimiento de felicidad. Por poder compartir con las personas a las que quiero de verdad uno de esos momentos que me acompañarán durante toda la vida . Sólo eché de menos a una; pero comprendí que una estrella es un lugar ideal tras el que esconderse.

viernes, 9 de julio de 2010

Caleta


Esta mañana he estado en Cádiz, una ciudad a la que debo unas cuantas cosas de lo que soy. Y con la que me encanta reencontrarme. Debía llegar temprano y preferí hacerlo antes. Tanto que la Caleta, entre esas dos joyas que son los castillos de San Sebastián y Santa Catalina, me regaló esta imagen solitaria. Solitaria y hermosa, casi sólo para mí.

martes, 6 de julio de 2010

Roja


Siempre he dudado de la efectividad de ciertas campañas o actuaciones tendentes a sensibilizar hacia lo que debe ser evidente. Sobre todo de aquellas que se plantean 'en negativo'; es decir, las que se centran más 'contra el terrorismo' que 'en favor de la tolerancia'. Simplemente, porque no veo al más sanguinario de los asesinos enternecerse, como los aprendices de canallas de las películas españolas en blanco y negro, por el simple hecho de que la ciudadanía se eche a la calle para condenar sus crímenes; o porque se pongan de moda los lazos de tal o cual color. Por la misma razón, tampoco me parecen rentables las dramáticas campañas contra la siniestralidad en las carreteras, por más historias trágicas que nos cuenten y por más que, en ocasiones, podamos reconocernos en las mismas.

Sin embargo, considero que hay iniciativas mucho más eficaces. Siguiendo el símil automovilístico, primaría un llamamiento a no compartir vehículo con según qué conductores. Algo así como un "papá, yo prefiero ir en tren", en lugar del "papá, no corras". Una estrategia que implique al destinatario y que esté basada en una especie de 'aislamiento social' hacia quien pone en riesgo la vida de los demás por su conducta al volante. Porque el rigor legislativo, si es que existe, no basta por sí solo.

Dudo si la tarjeta roja contra la violencia de género será o no efectiva. Sí sé que todos los esfuerzos para evitar ese abuso, que a mi juicio denigra más al agresor que a la víctima, son insuficientes para frenar el goteo de muertes y la cascada de dramas cotidianos que nos rodean aunque no salten a las portadas. ¿Será útil la tarjeta roja? Mucho más que el silencio cómplice. Sin duda.

lunes, 5 de julio de 2010

Ganar

“Estamos aquí para ganar”. Por un momento, pensé que la frase era del comedido Vicente del Bosque y que los futbolistas españoles se habían desembarazado de esa cierta falta de ambición o confianza en las propias posibilidades que ha acompañado históricamente a 'la Roja' desde aquel “a mí, Sabino, el pelotón, que los arrollo”. Porque, más allá de los éxitos individuales y en ciertos deportes de equipo en los que es más sencillo trabajar sobre la psicología de sus miembros, el ejemplo del fútbol ilustra como pocos casos de lo que considero una rémora del ‘espíritu patrio’: la falta de un afán competitivo que atenaza en el instante definitivo, a la hora de jugarse el todo por el todo y solemos tirar a blanditos. Justo en el momento de la verdad, cuando se opta por saltar al campo con la cabeza gacha, acongojado ante el griterío del público y la presión de las cámaras, pensando que ya se ha cumplido por el simple hecho de haber comparecido en el duelo. En ese mismo segundo en el que la historia que comienza a escribirse apuntaría a un final radicalmente distinto si se afrontase la cancha apretando los dientes, aguantando las miradas sin complejos, de tú a tú, sudando y haciendo sudar.
Por desgracia y para la desgracia de muchas personas que siguen padeciendo los horrores de la guerra en todos los frentes y bajo cualquier bandera, el autor de la frase no era el seleccionador español, sino el general estadounidense David Petraeus, nuevo comandante de las fuerzas armadas de la OTAN en Afganistán. Petraeus es un ‘gendarme’ vestido de camuflaje en un país roto y en el que la gente tiene la dudosa suerte de poder optar entre morirse de miseria, despanzurrada por una bomba de la insurgencia o acribillada por un muchachote de Arkansas con el gatillo fácil. Él tiene claro que está allí para ganar. Personalmente, no tengo dudas de quiénes estarán en el grupo de los perdedores: los que pierden siempre.
Desde luego, la frase le pega más a él; pero habría preferido mil veces que a don Vicente le hubiera dado un pronto...

sábado, 3 de julio de 2010

Codos

He vuelto a estudiar. Me refiero a estudiar hincando los codos, porque uno jamás ha dejado de tratar de cultivarse mínimamente en lo personal y lo profesional. Pero sumergirse durante horas en papeles con el objetivo de acabar con ellos antes de que ellos terminen contigo no lo hacía prácticamente desde mis últimos exámenes en la Universidad de Navarra. Y no sé si será por la pérdida de la práctica o por la ‘mortandad’ de mis neuronas; pero yo recordaba que se me daba bastante mejor que ahora…
También es verdad que he ido a hincar el diente a un temario que se las trae. No es que sea árido; es que a su lado el Sáhara es un vergel. Me está costando la misma vida, claro, a pesar de lo cual insisto, insisto e insisto. Hasta el punto de que estoy maravillado de haber descubierto en mí una capacidad desconocida que podría denominar ‘perseverancia productiva’. O ‘tozudez intelectual’, que me gusta más.
Ahora que el calor aprieta e invita a visitar las playas, cuando los estudiantes han aparcado sus libros y disfrutan de su ocio (incluidos mis dos hijos quienes, por cierto, me han dado sendas alegrías con sus calificaciones), yo me empeño en ligar bronce con el flexo… Puede que no sea el plan ideal, pero para uno queda la satisfacción interior por el esfuerzo realizado y por los frutos que, poco a poco, voy descubriendo en mi sesera.
Como ya decía ayer, tengo un saco de motivos para seguir peleando en esta época de crisis y convulsiones: el primero de ellos es ser dueño de mi propio destino. Pues eso, a seguir estudiando.

viernes, 2 de julio de 2010

Ecuador

Si no me fallan las cuentas, 2010 ha alcanzado hoy su ecuador, con lo que comienza la ‘cuesta abajo’ del año. En lo personal, el tiempo acumulado desde el pasado 31 de diciembre ha traído de todo. Un par de disgustos de cierto calibre, sí; y un puñado de decepciones, también. Pero en el inventario parcial del año figuran igualmente una docena de satisfacciones, un buen número de agradables reencuentros y un saco de motivos para seguir peleando. El primero de ellos, ser dueño del propio destino.
Los periódicos, radios y televisiones no invitan al optimismo, la verdad. Más allá del espejismo del Mundial, la generalidad de las noticias incluye un sesgo más bien negativo, un tono negro tirando a negro oscuro diría yo; y no sólo por la crisis económica. Porque a los efectos nacionales y locales de esa sacudida global se suman, claro, las poco agradables medidas de recorte impulsadas por nuestros gobernantes, en ocasiones huérfanos de un sólido respaldo; algún caso de supuesta corrupción política que se viene dilatando demasiado en el tiempo y que no contribuye a normalizar el debate; el dramáticamente cotidiano rosario de muertes en la nómina de países que continúan azotados por el terrorismo (una lista a la que, por cierto y tristemente, se ha incorporado con fuerza México); las reiteradas fracturas de España que algunos vaticinan; los ‘líos de togas’ en ciertos tribunales; los cíclicos desplomes de las bolsas; la reiterada modificación a la baja de la calificación de la deuda española… Y, por si fuera poco para completar un panorama desalentador, incluso la caída de la venta de libros.
Aun así, de la primera mitad del año me quedo con dos cosas. Por una parte, varios puñados de esperanzas que he ido acumulando, con la vista puesta en que puedan cristalizar en este nuevo tiempo. Y por otra, las personas que siguen siendo y continúan estando. Con eso basta. A pesar de todo, por más que llueva y haga frío ahí fuera.

miércoles, 16 de junio de 2010

Mundial


Parece que fue ayer cuando uno se liaba a dar patadas al balón en el patio del colegio, tratando de imitar a las máximas estrellas del Mundial de Argentina con Mario Kempes a la cabeza… Y ya han pasado 32 años de la palomita aquella de Miguel Ángel ante Austria. O sea, ocho copas del mundo, incluida una oprobiosa fase final en España con un no menos lacerante recuerdo en forma de mascota: Naranjito.
Treinta y dos años, media vida de la que tengo cierta consciencia; y cada cuatro años, lo mismo. El mismo mantra. La marmota que vuelve del pasado… Porque, indefectiblemente, varios meses antes de que empiece a rodar el balón, España es ya la virtual campeona del mundo: el universo futbolístico se rinde ante el talento de los jugadores hispanos y poco menos que se resigna a su tan escasa como tradicional suerte de asistir como meros comparsas a un nuevo título para las vitrinas españolas...
Ya metidos en harina, la historia se tuerce, claro. Y lo hace por muy diversas razones: puede ser la nefasta actuación del guardameta; otras veces, la incompetencia de un delantero (en uno y otro caso, con la excepción de Cardeñosa y su lamentable pifia ante Brasil en el 78, ayuda mucho la procedencia vasca de su protagonista); y si no, el árbitro. Porque la historia de España en los mundiales de fútbol se presta a todo un estudio de alta política y de un bloqueo deportivo-judicial tan sordo como eficaz a lo largo de las décadas: a bote pronto creo recordar comentarios acerca de supuestos arbitrajes indecentes protagonizados por colegiados de más de media docena de nacionalidades. Algo así como un eje del mal formado por unos tipos que, silbato en ristre, tienen como único objetivo hacerle la pascua a Manolo el del bombo.
Este año no podía ser una excepción. Alentados por la euforia de los informadores deportivos más recalcitrantes y repartidos por la práctica totalidad de los medios más allá de su línea editorial (me río yo de la Brunete mediática y de la caverna españolista), mis compatriotas y yo mismo nos aprestamos a sufrir una nueva decepción, al estallido de una nueva burbuja. Aunque, cierto es que en esta ocasión al menos los chicos de la roja comparecen como campeones de Europa. Vamos, que yo ando como loco buscando mi vuvuzela para esta tarde...
En España vivimos de expectativas. De expectativas y de apariencias. Nos encanta. A las tres semanas de firmar una hipoteca de 40 millones que nos haría pasarlas moradas durante décadas para devolver 60 y pagar así un piso que no valía ni 25, el Audi para ir al Supersol, la comunión de la Vane con viaje incluido a Eurodisney y la caseta de la Feria, nos creíamos unos nuevos ricos. Prácticamente millonarios, vamos. Eso pasó durante años; y, claro, también nos tocará pagar las consecuencias durante años. Por fortuna, sólo dentro de cuatro, volveremos a ser campeones del mundo.

(En la imagen, una posible prueba de que el ceceo pertinaz y la enajenación mental transitoria colectiva como consecuencia del debut de España ante Suiza en el Mundial nos están haciendo perder los papeles. País…)

Campeones


Hace unos meses, febrero del año pasado, ya publiqué una entrada en este blog dedicada al equipo de baloncesto de Vitoria, el Baskonia. Anoche, esta vez bajo el nombre comercial de Caja Laboral (el nuevo patrocinador que llegó al rescate in extremis tras la triste y forzosa retirada de Tau Cerámica), se convirtió en el campeón de la Liga ACB de baloncesto. Por ello, vuelvo a escribir de ese enorme y sólido grupo humano, magníficamente liderado y perfectamente cohesionado; una verdadera piña que, por encima de las diferentes nacionalidades de los cinco corazones que palpitan en el parqué, consigue una perfecta comunión entre una entidad deportiva y toda una ciudad. Y lo hace de la forma en que todo proyecto que apela a la emoción se reviste de la épica que envuelve a las aventuras colectivas.
El Baskonia es campeón contra todo pronóstico. Porque consiguió derrotar tres veces seguidas en una semana al mejor equipo de Europa, el todopoderoso FC Barcelona; porque un club y una afición, toda una ciudad, creyeron en sí mismos; y porque doscientas mil voluntades pueden más que cualquier encuesta.
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(La foto, sobre estas líneas, ha sido tomada de la página web del Baskonia)

jueves, 10 de junio de 2010

Un lujo

No ha sido la primera vez. Ya me sucedió hace unos meses, en la presentación en Sevilla de la Fundación Alfonso Perales. Pero lo de esta tarde ha sido más demoledor. Solo en casa, en el sofá, mi hiperquinético pulgar se ha quedado congelado sobre el mando a distancia. Me había quedado embobado escuchando a Felipe González en un acto conmemorativo de los 100 años de la presencia del primer socialista, Pablo Iglesias, en el Parlamento español.
Como ya hizo aquella mañana de sábado en Sevilla, no sólo me ha cautivado sino que me ha convencido: ha hablado de la crisis económica, de la forma de salir de ella, de la necesidad de trabajar más y mejor, de aumentar la competitividad, de la exigencia de adaptar el modelo europeo de bienestar a las reglas del juego del siglo XXI, de la responsabilidad del Gobierno y el necesario patriotismo de la oposición… Con autoridad, en su cada vez más raramente aplicable tercera acepción.
Pero de su intervención de hoy, más allá de sus palabras concretas, me quedo con dos conclusiones en línea con su célebre frase sobre los jarrones chinos: una, que este país es enormemente desagradecido con ciertas personas que han contribuido decisivamente a que seamos lo que hoy somos; y dos, que el ex presidente del Gobierno es un lujo para este país. Y no está la cosa para permitirse lujos…

miércoles, 9 de junio de 2010

Amigos

Esta mañana ha sido una mañana de reencuentros. Tal vez porque madrugué, en busca de un amigo que ya me había reservado un hueco en su agenda, y porque el refranero es sabio. El caso es que la lluviosa mañana me había reservado una agradable sorpresa (al contrario que las causas y los azares de Silvio Rodríguez). Una sorpresa en forma de un puñado de amigos de esos con quienes ya era un placer tropezarse en un tiempo en el que coincidíamos casi a diario. Han sido sólo unos breves minutos tras un amplio paréntesis; pero han sido.
La muchacha de cabello ensortijado de color mágico y ojos sonrientes; quien se sentaba frente a ella y vela sus descansos tras las batallas; el amigo-hermano con una de las cabezas más brillantes de Jerez; la chica que surgió, no del frío, sino de la tierra del mosto y las angulas; al teléfono había una voz que evocaba amistosos sonidos de otros tiempos. Y mi otrora alter ego, a quien sigo sin ser capaz de pagar un café y con quien he podido compartir un rato (siempre corto) de enriquecedora charla, como dos peripatéticos bajo el chirimiri...
Me ha encantado. Porque, como el dinosaurio de Monterroso, todavía estaban allí.

martes, 8 de junio de 2010

De primas y primos

Hoy, los sindicatos mayoritarios han convocado una huelga de trabajadores del sector público, en protesta por la reducción de salarios aprobada por el Gobierno y convalidada, por los pelos de Durán i Lleida (el prometedor político catalán tan amigo de los jornaleros andaluces), por el Congreso.
Nunca me ha gustado el pensamiento único. Me da pavor. Y en los últimos días vengo observando una preocupante coincidencia en los ‘opinadores oficiales’ de muchos medios de comunicación: el sacrificio para salvar una situación de extrema gravedad debe comenzar por quienes más tienen, por quienes cuentan con la mayor seguridad, por los más favorecidos (ante la posibilidad de que en un futuro no lejano haya que recurrir con cierta frecuencia al uso del término, no estaría de más que se repasara el origen y el significado actual de la palabra ‘hecatombe’…)
Esto es, siguiendo ese razonamiento, el ajuste duro debe iniciarse por los funcionarios y, cuidado, por los trabajadores de toda condición a sueldo del sector público (incluidos aquellos que no cuentan con plaza ‘en propiedad’ y cuya ‘seguridad’ puede estar más que nunca en entredicho). No se trata de plantear ‘sacrificios’ de las grandes fortunas; de aquellos que se han hecho de oro con los años del pelotazo; de quienes se lo han llevado y se lo llevan calentito; de los que camuflan sus mareantes ingresos mediante los resquicios de la maquinaria fiscal; de los especuladores que siguen aprovechándose, más que nunca, del temor de los más débiles y que amparan que casi la cuarta parte de la riqueza que se genera en esta tierra sea tan negra como los pies de un grillo: pura economía sumergida, sin garantías sociales, sin derechos, sin cotizaciones, sin impuestos…
Ayer escuché por la radio a un muchacho que hablaba de lo mal que lo están pasando sus primos. Los pobres, alguno de ellos entiendo, están en paro; como otros cuatro millones de señores y señoras con DNI. Y el chaval anda preocupado por ellos, lógico.
Mientras, más de medio país anda de cabeza pensando en este chico tan apegado a su familia y en una veintena de sus compañeros que, si son capaces de hacer adecuadamente su trabajo y de cumplir buena parte de los pronósticos, se embolsarán 100 millones de pesetas por barba en apenas un mes, el tiempo justo que dura la Copa del Mundo de Fútbol de Sudáfrica.
Nota para el lector: A estas cantidades que los deportistas de elite ingresan por el rendimiento de su trabajo, añadidas a sus ya de por sí desorbitadas fichas (como si a los repartidores de Correos les endiñaran una pasta gansa además de la nómina por acertar con las cartas en cada buzón correspondiente), se les denomina primas. Lamentablemente, éste es un claro ejemplo de que el lenguaje no entiende de igualdad de géneros: porque los primos somos otra cosa bien distinta.

miércoles, 2 de junio de 2010

Bombas


Tres personas han muerto en Gotinga (ciudad alemana que da nombre a un acogedor bar situado en la gaditana plaza del Mentidero) al explotar una bomba de la Segunda Guerra Mundial. Al más puro estilo de películas como El final de la cuenta atrás o El experimento Filadelfia, algo con origen en otro tiempo se ha hecho presente ahora, en este caso, además, con dramáticas conclusiones. Leo que la bomba en cuestión podría haber sido lanzada desde un avión estadounidense hace ya más de medio siglo, durante el cual ha mantenido latente su carga de muerte y destrucción.
Leo también, tal vez incluso con mayor preocupación, que los trabajadores del Ayuntamiento de Jerez solo han podido cobrar una parte de sus nóminas de mayo, ante la falta de liquidez de un Consistorio que ha venido sobrellevando como ha podido una seria amenaza de colapso económico. Y siento enormemente esa situación que afecta a ex compañeros de trabajo; y ese mismo sentimiento se extiende a otros ex compañeros, los del Gobierno local de Jerez que, estoy convencido, tratan de hacer encaje de bolillos para conseguir el dinero necesario para responder al compromiso de pago a la plantilla, a las concesionarias…
En Gotinga (en Alemania, no en el Mentidero), las primeras informaciones apuntan a que el equipo de artificieros que trabajaba en la desactivación de la bomba durmiente tenía una sólida experiencia, estaba bien preparado y contaba con un adecuado equipamiento técnico. Y puedo dar fe de que el Ayuntamiento de Jerez dispone de magníficos técnicos que desarrollan un trabajo titánico, muy por encima de su teórica obligación laboral, en un intento de cuadrar unas cuentas reñidas con la aritmética y que, como en el monólogo de Segismundo, son imposibles de cuadrar por el solo hecho de formularse.
Supongo que, por mejor que se haya intentado hacer las cosas en Gotinga (o tal vez precisamente por ello), se pondrá en marcha una completa investigación que esclarezca responsabilidades en el trágico incidente y que, si es preciso, modifique los procedimientos al uso en un país que debe convivir con la amenaza silenciosa de las bombas enterradas desde la contienda mundial. Y vería cortés y razonable que la representación diplomática estadounidense enviara una nota de pésame a las autoridades y a los familiares, y que se ofreciera a poner a disposición de ese país sus medios técnicos y humanos en materia de localización y neutralización de estos artefactos. Por lo mismo, a nadie le entraría en la cabeza que las autoridades alemanas comenzasen a difundir soflamas contra Estados Unidos y sus aliados en la Guerra Mundial, llamando a la venganza contra ellos y al boicot a la cocacola y al macdonalds… En lugar de todo ello, se honrará a las víctimas, se tratará de reconfortar a sus deudos, se establecerán mecanismos de desactivación más seguros y, con permiso de la suerte, se sentarán las bases para que ésta haya sido la última tragedia de esta naturaleza. Y si alguien actuó sin la debida diligencia, deberá asumir las consecuencias jurídicas, políticas y sociales. Por supuesto, los medios de comunicación sabrán estar a la altura de las circunstancias y de su esencia en una sociedad democrática.
¿Y en Jerez? ¿Qué pasa en Jerez, donde a nadie le es ajeno que el Ayuntamiento padece una crisis económica que amenaza su estabilidad como lo haría el más mortífero de los arsenales bajo sus enclenques cimientos? Porque ni la persona más alejada del mundo puede pensar que la situación que viven las arcas municipales jerezanas es consecuencia de apenas un mandato del actual gobierno. En todo caso, la ‘foto fija’ debe ser justa y proporcionalmente repartida entre el fruto de esa gestión (con diversos aunque tal vez no drásticos ejemplos de austeridad que siempre debe empezar por uno mismo) y la de aquell@s que le precedieron y que impulsaron a la institución y a su economía a una vertiginosa carrera sin una meta racional.
Con esa misma certeza, puedo asegurar que si hay alguien que merece el máximo de los respetos en todo este episodio es el colectivo de trabajadores/as del Ayuntamiento y de las empresas que prestan los diferentes servicios públicos dependientes de la Corporación local. En suma, son ellos y ellas quienes están padeciendo una situación de incertidumbre que no solo perjudica gravemente su economía sino que menoscaba su propio bienestar personal y familiar.
No me tengo por un experto conocedor de la condición humana, si bien tampoco estoy dispuesto a elevar a categoría mis reiteradas decepciones empíricas. Pero estoy convencido de que en Estados Unidos debe haber al menos un puñado de viejecitos a los que en las últimas horas les habrá dado un vuelco el corazón, al conocer que una bomba como las que ellos arrojaron en el cielo de Gotinga hace más de 50 años ha matado a tres seres humanos. Con casi toda seguridad, jamás podrán descartar por completo que ese artefacto saliera de la panza del bombardero que pilotaron o de cuya tripulación formaron parte y que ahora regresa del pasado para estallar en sus conciencias. Al propio de los horrores de la guerra deberán sumar ahora, al final de sus vidas, el remordimiento por un hecho tan gratuito y tan absurdo que casi con toda seguridad no tendrá que ver con ninguno de ellos.
Mientras, las únicas personas que esta noche tendrán dificultades para conciliar el sueño en Jerez serán aquellas que deban demorar compras, aplazar pagos, engatusar al banco o convencer al casero. Porque me jugaría lo que no tengo a que, mientras tanto, quienes de verdad deben cargar con la responsabilidad de haber llegado a este extremo, quienes dejaron sembradas de bombas las catacumbas de la calle Consistorio, dormirán a pierna suelta.

viernes, 21 de mayo de 2010

La crisis

Sesudos artículos de fondo, rigurosos ensayos, argumentaciones de toda índole, discursos políticos de uno y otro signo, disquisiciones que rozan lo metafísico… He leído de todo acerca de la crisis económica y de las medidas que ciertas instituciones han anunciado y/o puesto en marcha con el objetivo de salvar esa situación. Y, habiendo entendido casi todo, estoy de acuerdo con muy pocas cosas, más allá de que los verdaderos responsables de esta situación no son precisamente quienes más están padeciendo sus rigores. Ni mucho menos.
Ahora bien, dentro de esta dispar producción intelectual me ha llamado la atención la diversidad de géneros literarios utilizados, en la que hay incluso lugar para las parábolas. Aquí dejo una que me ha llegado bajo el título Deudas y burros.
Se solicitó a un prestigioso asesor financiero que explicara esta crisis de una forma sencilla, para que la gente de a pie entendiera sus causas. Y éste fue su relato:
“Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran. Buena parte de la población le vendió sus animales.
Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y otro tanto de la población vendió los suyos. A continuación, ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros.
Al ver que ya no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente. Y se marchó.
Un día después mandó a su ayudante con los burros que había comprado en la misma aldea, para que los ofertara a 400 euros cada uno.
Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los aldeanos compraron sus burros a 400 euros; y quien no tenía el dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.
Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor; y nunca más aparecieron. Así, la aldea quedó llena de burros y endeudados.
¿Qué pasó después? Por una parte, que quienes habían pedido dinero prestado no pudieron devolverlo al ser imposible vender los burros.
Y por otra, que quienes les habían prestado ese dinero se quejaron al Ayuntamiento diciendo que, si no cobraban, se arruinarían; y dejando claro que, al no poder seguir prestando, la ruina se extendería a la totalidad del pueblo.
Para que los prestamistas no se arruinaran, el alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios prestamistas. Pero estos, una vez cobrado gran parte del dinero, no perdonaron las deudas a sus convecinos, que siguieron igual de endeudados.
Mientras, como el alcalde dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el propio Consistorio quedó también endeudado.
Su única solución era pedir dinero a otros ayuntamientos; pero estos se niegan a ayudarle porque, como está en ruina, saben que no volverían a ver su dinero
El resultado final:
- Los listos del principio, forrados.
- Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguirán cobrando lo que le prestaron más los intereses (incluso adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a cubrir toda la deuda).
- Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida.
- Y el Ayuntamiento, igualmente en la quiebra.
Como consecuencia, para solucionar todo esto y salvar a todo el pueblo, el Ayuntamiento bajó el sueldo a sus funcionarios”.

Hasta aquí la parábola. Lo mismo en los próximos días recibo otra acerca de los efectos sobre la economía real de este tipo de decisiones que olvidan a “los listos del principio”, enriquecen a los prestamistas y arruinan a los propietarios de los burros mientras se empobrece a los empleados públicos. La parábola sobre sus repercusiones electorales no me hace falta. Podría escribirla yo.