domingo, 30 de enero de 2022

Ganar y sentirse ganador


Ganar es ganar. Y solo gana uno. Pero hay formas y formas. Se puede a partir de valores. Se puede desde la integridad y la superioridad ética. Se puede sin pervertir las normas escritas y no escritas. Se puede teniendo talento y talante. Se puede siendo líder pero sabiendo que te debes a un equipo. Se puede no poniendo en riesgo cuestiones que sabes que no deben amenazarse. Se puede sin aliarte con el diablo para cruzar un puente. Se puede respetando al rival. Se puede sin estridencias. Se puede así, claro. Y se puede de otras formas, seguramente más sencillas. Se puede ganar, sí. Pero una cosa es ganar y otra sentirse ganador. Muchas gracias por tantas enseñanzas, Rafa Nadal…


martes, 11 de enero de 2022

Fallece David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo

Una visión política y periodística de Europa


 
"Pensemos más a menudo en el mundo en el que tenemos el deber de vivir y las libertades que disfrutamos. Y entonces, digámoslo nosotros, ya que otros, al este, al oeste, al sur, les cuesta reconocer muchas cosas que nos hacen distintos. No mejores, sino distintos. Y que nosotros, europeos, estamos orgullosos de nuestra diversidad. Repitámoslo, porque, que le quede claro a todos en Europa: ningún gobierno puede matar. Y esto no es una cosa banal. El valor de la persona, su dignidad, es el modo de medir nuestras políticas. Con nosotros, en Europa, nadie le puede tapar la boca a los opositores. Nuestros gobiernos, nuestras instituciones que los representan, son el fruto de la democracia, de elegir libremente, de elecciones libres. Ninguno puede ser condenado por su fe religiosa, política, filosófica… Que los jóvenes pueden viajar, estudiar, amar sin ninguna restricción. Ningún europeo puede ser humillado y marginado por su orientación sexual. Que en el espacio europeo, con distintas modalidades, la protección social es parte de nuestra identidad".

sábado, 28 de noviembre de 2015

Black Saturday

Los niños, demasiado mayores para la silla gemelar desde la que otean las siguientes manzanas. La muchacha que la empuja, demasiado joven para que le llamen mamá. La ropa de los tres, demasiado ajada para intuir que ya vino estrenada. El ritmo de ella, demasiado rápido para pensar en un paseo relajado por Jerez. La hora apenas pasado el mediodía, demasiado temprana para buscar un sitio donde almorzar. La excusa al encontrar cerrado el Telepizza, demasiado evidente a oídos de un adulto. La resignación de los críos, demasiado serena para sospechar que despierten a la decepción. El nuevo caminar de la madre, demasiado calmo para anticipar nuevas obligaciones. La promesa de arroz en casa, demasiado previsible para romper la monotonía. El nombre de la calle, Porvenir, demasiado negro tras el black Friday.

viernes, 10 de julio de 2015

Un profesor y un maestro

Uno fue profesor en la universidad y padrino de mi graduación como licenciado en Ciencias de la Información. Otro, un maestro de esta bendita profesión de periodista.
Del primero jamás olvidaré sus lecciones magistrales sobre los sistemas de gobierno en un mundo que se precipitaba, sin saberlo, desde la rigidez del telón de acero hasta el vértigo de la globalización. También atesoro el final de su discurso en la ceremonia de egresados, cuando invitó a mi promoción entera  a aplaudir a nuestros emocionados padres hasta que la atronadora ovación echara abajo el techo del Aula Magna de la Universidad de Navarra…
Del segundo me guardo su honestidad personal y profesional. Su ingenio y su decencia. Su capacidad, tan extraña, de poner al mal tiempo buena cara; incluso de poner buena cara a las malas caras. Me guardo su silencio prudente y su palabra acertada. Su papel como líder ético y moral en una profesión tan acostumbrada a pontificar como huérfana de ese tipo de referencias...

Hoy se han ido Francisco Gómez Antón y Emilio López Mompell. Hoy he perdido a un profesor y a un maestro. 

martes, 19 de agosto de 2014

Va de alcaldes

El poder municipal, dicen, es el más cercano a la ciudadanía. El que comparte con los vecinos y vecinas sus angustias, sus necesidades y sus temores. El que se nutre de sus alegrías y padece con sus frustraciones. El más inmediato; y, por tanto, el más sujeto a la manipulación.

El próximo mes de mayo, si no lo impide un nuevo 18 de julio o el anunciado pucherazo institucional a través de la reforma de la elección de alcaldes, los españoles y las españolas tendremos la oportunidad de elegir a quien debe encargarse de gestionar lo público en nuestro entorno más inmediato.

En este momento procesal, ofrezco dos oportunidades para la reflexión, brindadas por dos alcaldes que claman a gritos ser desalojados de sus responsabilidades municipales. Piensen y recuerden. Y voten en consecuencia. La pena es que haya que esperar hasta mayo.

Uno, el alcalde de Bilbao, Ibon Areso (PNV), que en apenas unos meses ha conseguido que el añorado Iñaki Azkuna pueda ser considerado a perpetuidad como ‘mejor alcalde del mundo’. Él, desde luego, no va a hacerle sombra. Al regidor del Botxo no le entra en la cabeza que una persona pueda elegir la playa para liarse a machetazos hasta la muerte con una mujer y su padre. No es ya que no alcance a comprender cómo puede cometerse semejante atrocidad, independientemente del complemento circunstancial que acompañe a esa infamia. No. La máxima autoridad municipal de una de las mayores ciudades de España, primera de Euskadi, confiesa que “no se llega a entender cómo se va a la playa a hacer una cosa de estas". Hostia pues.
http://www.20minutos.es/noticia/2217337/0/alcalde-bilbao-sorprendido-por-escenario-elegido-por-autor-doble-asesinato-laredo/

Y dos, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (PP); el mismo que, reinterpretando la doctrina Cañete, aprovechaba sus intervenciones públicas para aleccionar a los malagueños sobre cómo asearse cual felinos en apenas unos segundos y esquivar así el aumento del precio del agua que él mismo había decidido… Todo por el pueblo, pero un pueblo con palanganas, sin agua corriente que haga correr el contador. Ahora, después de que una joven fuera violada por cinco jóvenes durante una madrugada en la Feria malagueña, todo su esfuerzo se centra en restar importancia al suceso, en relativizar el episodio… Dice que en España se cometen unas mil violaciones al año. Debe de ser algo así como el cuponazo, que te toca y te aguantas.
Por cierto, otro día debería hablar de determinados enfoques de informaciones periodísticas manifiestamente mejorables. Los calificativos están de más en determinados casos (en todos, diría yo), en los que no añaden gravedad a un hecho ya de por sí despreciable. Una violación, como un asesinato o cualquier acto de violencia o de abuso de poder, es “brutal” en sí misma. No vaya a ser que un día deje de serlo, simplemente porque no quepa en un titular.

miércoles, 25 de junio de 2014

Ana María

Mi madre conoció a Aida a destiempo. En realidad, la conoció unas horas más tarde. Aida estaba de vacaciones. Y mi madre se asomaba entonces a la vida de su hijo divorciado, el padre divorciado de sus nietos, los hijos de un padre divorciado. Mil kilómetros y dos mil prejuicios no mejoran la perspectiva. Todo lo más, ofrecen tres mil razones para la duda.
  
“Mamá, quiero que conozcas a alguien…”. Tono nokia… Tono nokia… “¿Sí? Ah, hola. ¿Ya vienes? Estoy aquí con mi madre”. Silencio…

Antes de que yo pudiera articular palabra tras cortarse la comunicación, la viuda de Aramburu se precipitó mandíbula abajo en una catarata. El torbellino arrastraba a mis pequeños hijos, que apenas lograban sacar la cabeza de las aguas embravecidas para sumergirse después de tanto en cuanto; a mí mismo, que trataba sin éxito de asirme a los restos del naufragio de un libro de familia con más de treinta años de antigüedad; y a una pobre chica de Cádiz que, ajena a aquel cataclismo, había tenido que modificar sus días de descanso para hacer a última hora una entrevista por teléfono.

“¿Ana María Matute? ¿Que Aida va a venir más tarde porque tiene que entrevistar a Ana María Matute?”, me preguntó su futura suegra, blandiendo ya el cayado de Moisés. Mis hijos, Aida y yo mismo estábamos repentinamente salvados. Y así seguimos. Gracias, Ana María. Y hasta siempre.  

viernes, 1 de febrero de 2013

Dimisión


"Mariano Rajoy debe de dimitir".

No lo digo yo. Lo ha dicho, y dos veces, el coordinador nacional de IU, Cayo Lara. A la luz de los papeles de Bárcenas, los medios de comunicación han interpretado sus palabras y han dado por hecho que el dirigente de IU exigía al presidente del Gobierno su inmediata renuncia al cargo.

Pero, ¿dijo eso realmente?

Tal vez quiso hacerlo, no lo niego. Pero no... La Real Academia Española (Diccionario Panhispánico de Dudas) no deja ninguna duda al respecto:


Así pues, Cayo Lara no exigió nada. Se refirió a una probabilidad o a una mera suposición.

Y yo no puedo estar más de acuerdo con lo que no dijo.