viernes, 20 de mayo de 2011

Campaña


Cádiz, Jerez, Algeciras, San Fernando, Chiclana, El Puerto, Sanlúcar, La Línea, Tarifa, Arcos. Y también Puerto Real, Olvera, Conil, Jimena, Grazalema, Benalup, Rota, Alcalá del Valle, Los Barrios, Vejer, Bornos, Paterna, Puerto Serrano, Castellar, Algar, Chipiona, Villamartín, San José del Valle, Trebujena, Ubrique, San Roque, Alcalá de los Gazules… Miles de kilómetros a lo largo y ancho de la provincia de Cádiz en apenas dos semanas de campaña y la consabida etapa preelectoral.

Un himno, el Aria de la Rosa, en casi todas sus versiones; decenas de sonrisas y abrazos; cientos de horas de coche y otras tantas de actos públicos y ruedas de prensa; miles de llamadas de teléfono; millones de impactos de las yemas de los dedos sobre el teclado del portátil… E incontables esperanzas.

El domingo, a eso de las once de la noche, celebraré la victoria del PSOE en las elecciones municipales. Pero hoy ya puedo celebrar sentirme partícipe de un proyecto colectivo que reúne a muchísimas personas que merecen mucho la pena. Personas que quieren que esta sociedad sea mejor día a día; personas que luchan para que el edificio de los derechos y las libertades crezca sólido sobre los ladrillos que otros, a costa de mayores sacrificios, pusieron antes. Personas que comparten una ideología; o mejor, unos principios que se tienen o no se tienen. Personas que dan pleno sentido a las palabras compañero y compañera. Personas que piensan en el nosotros antes que en el yo. Personas.

Sin estridencias ni obscenidades, me apetece decir que me siento orgulloso de todo esto y que, desde mi insignificancia, celebro sentirme parte de algo grande. Como celebraré también la victoria electoral del domingo. Por toda la gente que lo necesita. Por toda la gente que confía en ello. Por toda la gente que lo merece. Y porque, a veces, ganan los buenos.