viernes, 10 de julio de 2015

Un profesor y un maestro

Uno fue profesor en la universidad y padrino de mi graduación como licenciado en Ciencias de la Información. Otro, un maestro de esta bendita profesión de periodista.
Del primero jamás olvidaré sus lecciones magistrales sobre los sistemas de gobierno en un mundo que se precipitaba, sin saberlo, desde la rigidez del telón de acero hasta el vértigo de la globalización. También atesoro el final de su discurso en la ceremonia de egresados, cuando invitó a mi promoción entera  a aplaudir a nuestros emocionados padres hasta que la atronadora ovación echara abajo el techo del Aula Magna de la Universidad de Navarra…
Del segundo me guardo su honestidad personal y profesional. Su ingenio y su decencia. Su capacidad, tan extraña, de poner al mal tiempo buena cara; incluso de poner buena cara a las malas caras. Me guardo su silencio prudente y su palabra acertada. Su papel como líder ético y moral en una profesión tan acostumbrada a pontificar como huérfana de ese tipo de referencias...

Hoy se han ido Francisco Gómez Antón y Emilio López Mompell. Hoy he perdido a un profesor y a un maestro.