domingo, 16 de mayo de 2010

Fue bonito


Ya no hay arreglo, pese al enorme pundonor y la dosis extra de vergüenza torera que la plantilla y el cuadro técnico le han echado a lo largo de los cinco últimos meses. El Xerez Deportivo, el club más representativo de la ciudad de Jerez (con permiso del Industrial, faltaría más), es de nuevo equipo de Segunda División. Ahora la llaman Liga Adelante, pero no deja de ser un paso atrás, por mucho que se empeñen la eufemística y el marketing bancario.
El Xerez se ha desangrado en un esfuerzo titánico para superar el arranque liguero más lamentable de la historia del campeonato. Y hoy, con la satisfacción de haber cumplido con creces la obligación profesional-deportiva y con la admiración de más de media España futbolística, es de Segunda. Se ha peleado con honor, sin rendir la bandera; y se ha estado a punto de lograr un milagro. Ahora bien, la gesta no ha sido posible; o, por decirlo mejor, la gesta ha existido (en ningún sitio está escrito que las gestas tengan que tener final feliz) y ha provocado una corriente espontánea de simpatía hacia el equipo por todo el país. Sin embargo, aun muriendo de extenuación de tanto dar con el mazo, Dios debió escuchar más los ruegos de otros equipos también implicados en la lucha por evitar el descenso.
De Segunda. Dicho así suena duro; máxime cuando hace ahora apenas un año hubo quien se esforzó hasta la saciedad en identificar el éxito deportivo del equipo (por primera vez en la llamada ‘Liga de las Estrellas’) con el de la propia ciudad. Siguiendo aquella misma asociación de ideas y de imágenes, podría colegirse que Jerez, como el Xerez, es hoy también una ciudad de la ‘Liga Adelante’.
El fútbol es un deporte-espectáculo en el que todo depende de si la pelotita entra o no entra. Si entra más veces en la portería rival que en la propia, todo va de fábula; si es a la inversa, el fracaso es sólo cuestión de tiempo. Más aun si, a los caprichos de la fortuna en forma de esférico se unen ademanes y decisiones más que discutibles en el ámbito gerencial/empresarial, como corresponde a una sociedad anónima deportiva.
Mi hija Sonia tiene 11 años. Es abonada del club, y está orgullosa de su equipo, aunque se haya ahogado en la orilla después de haber braceado hasta la extenuación; o precisamente por eso. Y hoy mismo, cuando el descendido aún estaba ‘caliente’, me ha hecho un esquema de algunas de las claves para que las gorras y camisetas con el lema ‘somos de primera’ sean ya artículos de coleccionista a la espera de recuperar (quién sabe si en solo doce meses) su utilidad práctica en las gradas de Chapín.
Sonia puede explicar al más torpe en qué consiste el fuera de juego; aunque no tiene un máster en gestión de entidades deportivas. Pero rebosa sentido común: ése que le dice que el proyecto del Xerez estaba abocado al fracaso. Comparto con mi hija –insisto, de once años- que se perdió un tiempo precioso con una ausencia total de línea maestra en la dirección ‘empresarial’ de la entidad; seguramente la misma pese a la cual se logró el ascenso el año pasado, sí; pero también la misma que llevó durante meses a un progresivo alejamiento del máximo responsable del club tanto de la afición y de los socios que sustentan al equipo como de la propia plantilla, harta de una sucesión de incumplimientos que parecía no tener fin. Incluso el vicepresidente del consejo de administración, prestigioso profesional de esta ciudad, decidió abandonar ese proyecto “por falta de confianza y claridad”. A todo ello, la necesaria buena imagen de la entidad se vio salpicada por algún escándalo nocturno, por la sucesión de presidentes que no correspondían con la titularidad de las acciones y por todo un rosario de supuestos compradores y negociaciones de venta que se difundían casi en directo en los diferentes medios de comunicación.
Probablemente por esa falta de liderazgo (con toda certeza, como consecuencia de un desconocimiento atroz de la realidad del mundo del fútbol y de un carácter refractario a cualquier asesoramiento cualificado) al comenzar la temporada se apostó por un modelo que necesariamente debía llevar a la Liga Adelante: nula inversión en la mejora de la plantilla, separación e incluso enfrentamiento con las Administraciones del entorno, y ausencia de gestos hacia la afición (ni siquiera hacia lo que se conoce como ‘masa social’, que sí ha demostrado ser de primera). Así las cosas, los profesionales de la casa poco podían hacer en los respectivos ámbitos: trabajar, trabajar y trabajar. Y estoy convencido de que así ha sido, con lo que sus conciencias deben estar plenamente en paz.
Sin embargo, a medida que avanzaba la temporada y se ahondaba en el ridículo deportivo e institucional, se fueron viendo señales de alarma. Primero fueron pequeños destellos casi imperceptibles; pero llegaron a convertirse en toda una multitud de luces cegadoras. La angustiosa soledad en la que se instaló el anterior responsable del club fue agravándose por una situación económica calamitosa y destructiva. Y una y otra le obligaron a tirar la toalla, a salir por la puerta de atrás apenas seis meses después de haber alcanzado la mayor gesta deportiva de la historia de la entidad. Un hito que le hubiera merecido un reconocimiento sin precedentes…
Llegó entonces un nuevo equipo: nuevo gestor y nuevo entrenador. Sus números sobre el pasto (los otros, los que reflejan las cuentas, están sometidos a una administración concursal como consecuencia de años de mala situación económica) son de los mejores de la categoría si se deja al margen a los ‘galácticos’ Barcelona y Real Madrid. Pero sólo lo son desde que asumieron el control de la entidad, claro. Y, por aquel entonces, la situación no sólo había tocado suelo, sino que a los recién llegados les correspondió remontar desde las mismísimas profundidades oceánicas. Tal vez a alguien le faltó antes responsabilidad, o simplemente generosidad para echarse a un lado y permitir una mejor gestión en beneficio de la colectividad de un proyecto que había ilusionado a una afición y, por qué no decirlo, a casi toda una ciudad. Pero el reglamento de competición es ‘caprichoso’ y establece que la clasificación de la misma se elabora en virtud de todo el campeonato, no únicamente del período en el que se corrigen los errores, los vicios adquiridos, y se hacen las cosas bien. Se ha hecho lo que se ha podido e incluso más, pero no ha sido suficiente. Ni entiendo que sea achacable a los actuales gestores, pues tuvieron los arrestos de implicarse en un club sin patrimonio, con una deuda exorbitada y prácticamente desahuciado desde el punto de vista de la competición.
Hoy, los xerecistas (y entiendo que la generalidad de los jerezanos de bien) se mueven en una sensación agridulce por la lección de pundonor de su equipo y por la triste culminación de tanto esfuerzo. Por fortuna, el fútbol se mueve por ciclos más cortos que otros ámbitos de la vida; y en apenas un año serán tres los equipos que, de nuevo, puedan dar el salto a la liga de las estrellas. ¿Por qué no el Xerez? En cualquier caso, será necesario que los máximos responsables de la entidad hagan bien las cosas: atendiendo eficazmente al plano deportivo y empresarial, siguiendo las especificidades de cada uno de ellos, no viviendo de espaldas a las reglas del juego de cada uno de esos ámbitos... Y, lo que es más importante, deberán hacerlo desde el principio, porque el resto de los equipos lleva ya tiempo en esa tarea, trabajando con seriedad y conscientes de lo que hay en juego.
Para el recuerdo quedan sobre el césped de Chapín estrellas como Messi, Cristiano o Forlán, de igual a igual frente a once jugadores con camiseta azul. Haberse sentido entre los grandes; haber sido un grande más, por fin y por derecho. Fue bonito mientras duró, sí, pero ha durado tan poco…

3 comentarios:

  1. Quillo: bienvenido, Juanra.
    Aquello de la ciudad de Primera se prestaba, ciertamente, a aunar en extremo la vida y la categoría de la ciudad con la de uno de sus clubes de futbol y, claro, con tan escasos pilares, es hasta normal que el edificio termine por los suelos, año si, año no...
    Da un beso a tu hija Sonia y, a ver si, con chicas como ellas -capaz de explicar un fuera de juego con 11 años de edad- somos capaces en el futuro de dar un liderazgo a "nuestro club" para que no esté castigado de por vida a su actual falta de liderazgo...
    Paco Aguilar

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  2. Manolo Monterolunes, 24 mayo, 2010

    Con afecto y respeto.Saludos de Manolo Montero.

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  3. Veo que reunes el perfil para hacer prácticas este verano. Te llamo...

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