miércoles, 22 de diciembre de 2010

Encuestas

Eran tres colegas al fondo del autobús. De catorce (¿quince?). Hablaban de sus asuntos, de las inminentes vacaciones, de otros compañeros de clase o del colegio, de alguna chica… Estas cosas tienen la capacidad de enternecerme, seguramente por el padre que llevo dentro.
Uno de los compis sacó lo que un amigo calificaría como “el tema temático”. Las notas... Y solo habló uno de los otros dos, mientras el que puso el toro en suerte mantenía asimismo un silencio cuanto menos sospechoso. “Siete”, dijo el que se atrevió a abrir la boca. “¿Siete?”, le preguntaron los dos amiguetes... “Sí, siete. Yo nunca he sacado más de dos (se supone que suspensos)”, decía el muchacho. Para añadir después, con una tranquilidad que ya quisieran algunos superhéroes de la Marvel: “creo que sé lo que me espera hoy en casa”.
Esta estampa, verídica (lo juro por Snoopy), sucedía hoy a eso de las tres y pico de la tarde. Y en ese mismo momento yo, que no me tengo por un experto en la materia, podría haber adelantado los resultados de un eventual sondeo en la casa del muchacho en cuestión, el que no creo que cierre su currículum escolar con un premio extraordinario…
Tomemos un universo de la encuesta de tres personas. Padre, madre e ‘interfecto’ (la unidad familiar, lo que nos arrojaría un índice de fiabilidad del 100%):
El 66,6% de los encuestados califica de ‘nefasta’ la trayectoria escolar del compi; mientras, el 33,3% restante considera que es el sistema, los profesores y varios cientos de razones más lo que explica el resultado académico que, aun siendo ligeramente mejorable no puede valorarse como enteramente negativo.
El 50% de quienes calificaron de ‘nefasta’ la trayectoria escolar se mostraron partidarios de que el compi pase las vacaciones de Navidad metido en su cuarto, sin paga, sin internet, sin playstation, sin móvil, sin mp4, sin nintendo dsi… La opción de sin luz y sin agua no figuraba en el abanico de posibles respuestas. Mientras, el 50% restante mostró una cierta disposición a permitir esas ‘expansiones recreativas’, según la redacción literal del cuestionario de la encuesta.
Paralelamente, el 100% de quienes recibieron la calificación de ‘nefasta’ en sus de por sí nefastas calificaciones evidenció un completo rechazo a las maximalistas y desproporcionadas valoraciones del 50% del resto de los consultados, al tiempo que respaldó unívocamente al restante 50% en la necesidad de permitir ‘expansiones recreativas’, que incluso podrían ser aumentadas a medida que avanzara el período de asueto escolar.
Las restantes preguntas de la encuesta, sus respuestas, la forma en la que la propia redacción va dirigiendo o buscando a los responsables de los problemas, a las víctimas que los padecen y a los salvadores que acudirán al rescate, podrán ser objeto de una nueva entrega de este ejercicio intelectual y ficticio de un sondeo que no fue, pero que pudo ser. Sin embargo, esta construcción intelectual a partir de un hecho real como la vida misma me lleva a concluir algo y prácticamente a imaginarme la foto: que el 100% de los encuestados se sentarán juntos en Nochebuena y en Nochevieja; y que, pasado el sofocón que esta misma tarde deben padecer como cuarentena, se desearán lo mejor de lo mejor.
Tal vez sea solo un momento. Durante el cual alguno de los encuestados estará mirando de reojo a la wii o al tuenti, además. Pero esa será la foto fija que valga de verdad. Al menos, sería con la que yo me quedara.

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