jueves, 16 de abril de 2009

Cien días; y aumentando

Por fin. Parecía que no iba a llegar nunca tamaña efemérides. Pero puedo anunciarlo. Porque a las cero horas de hoy, jueves 16 de abril de 2009, se han cumplido 100 días (y 100 noches) sin que este menda haya probado el tabaco.
Soy consciente de que un importante porcentaje de la población (seguramente, la que está integrada por aquellos semejantes dotados de una mayor inteligencia) jamás ha probado el tabaco, con lo que acumular 2.400 horas sin llevarse un pitillo a los labios les parecerá una absoluta tontería. Pero han sido cien días y me hace ilusión verlo así escrito, para desesperación de algunos que al parecer sufren el contraste cromático de este blog, ‘blanco sobre negro’.
Hace un tiempo publiqué una entrada sobre este mismo tema. Bueno, en realidad creo que han sido varias, porque la gente que dejamos de fumar somos como la que tiene un perro: estamos todo el día dando el coñazo con nuestra fuerza de voluntad y con las gracias del bicho peludo. A expensas de que ninguna de esas capacidades despierte el más mínimo interés. Que, dicho sea de paso, no lo hace.
Cuatro mil cigarrillos menos. Eso siguiendo mi propia, optimista y engañosa cuenta, hecha antes de abandonar ese hábito y enormemente generosa con el absurdo desgaste al que venía sometiendo a mis estajanovistas pulmones. Porque creo que yo fumaba bastante más… Pero bueno, demos por válidos los 4.000 pitillos: uno detrás de otro, así todos juntitos, casi me darían para cubrir la eslora (para los que son de secano, como yo, aclararé que se trata de la longitud) del Queen Mary II, el mayor barco de pasajeros jamás construido; o para ‘aparcar’ cómodamente cuatro Boeing 747…
Pues sí. He cumplido cien días sin fumar. No ha sido una angustia permanente, pero mi trabajo me ha costado. No hablamos de cacahuetes, de pipas, de chocolate, ni de las golosinas a las que me invita mi hija de diez años... Hablamos de tabaco. Y, a partir de hoy, día 101 desde que llegaron a mi casa los Reyes Magos con este blog y con la más firme de las voluntades para que dejara de fumar, ni de eso. Pero ése es otro asunto.

2 comentarios:

  1. Se puede... ahora multiplica lo que vale un paquete de tabaco por 100 y dáte un capricho :-P enhorabuena :)

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Alfonso. No sabes lo que me habéis ayudado determinadas personas en esta travesía del desierto...

    ResponderEliminar