martes, 16 de junio de 2009

Menos humos

Lo siento por algunas personas; por aquellas que tienen un serio problema de dependencia. Pero poco más. Por todo lo demás, me alegro enormemente de la decisión del Gobierno de subir los impuestos que gravan al tabaco. Y me da igual que la razón de fondo no nazca únicamente de un criterio sanitario sino de esté acompañado de una necesidad económica, como es “reforzar la sostenibilidad de las cuentas públicas”. Gato negro o gato blanco, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (una especie de consejo de sabios que reúne a un buen número de sociedades científicas y profesionales de la medicina) asegura que la subida del precio del tabaco se ha revelado tradicionalmente como la medida más efectiva tanto para provocar el abandono de ese hábito como para evitar que los más jóvenes se ‘asomen’ al mundo del tabaco.
Al menos eso ha recogido hoy Europa Press en un teletipo que cita un comunicado en el que esa entidad afirma que España sigue teniendo el tabaco más barato entre los 15 ‘socios’ más ricos de la Unión Europea; un comunicado en el que, además, el CNPT aboga por que los precios se acerquen a los niveles de otros países europeos para conseguir una adecuada ‘desincentivación’ del consumo.
A comienzos de año, leí la guía de ayuda para dejar de fumar elaborada por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. Y ya llevo más de cinco meses sin catar un cigarrillo. Si fuma, échele un vistazo. Aunque sólo sea por la necesidad económica de ‘reforzar la sostenibilidad de sus cuentas domésticas’.

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