domingo, 23 de enero de 2011

Sed



"España tiene sed de urnas”. Lo ha dicho hoy Mariano Rajoy, el presidente nacional del PP. Lo ha estampado en Sevilla. Ha venido, ha soltado la gracia, se habrá fumado un puro y se ha vuelto a su casa. Y habrá quien le haya aplaudido; quien le haya reído la presunta ocurrencia.

A mí no me ha hecho ni pizca de chiste. Es más, me ha sonado a insulto, a desprecio. ¿Que España tiene sed de urnas? ¿Hoy? ¿No sería durante el casi medio siglo en el que las libertades estuvieron secuestradas por un régimen con el que el partido de Rajoy no ha tenido aún la decencia de romper públicamente? ¿No sería durante el tiempo en que los españoles vivieron sojuzgados por un dictador al que los cargos públicos del partido de Rajoy se oponen a retirar reconocimientos tan ignominiosos en democracia como medallas de oro de municipios o títulos de ‘alcalde honorario o perpetuo’?

Señor Rajoy: España no tiene hoy sed de urnas. Porque, parafraseando esa canción que tan poca gracia hacía a quienes no les gustaban las urnas, “sin duda las habrá”. Por fortuna para todos, también para usted.

Pero Andalucía sí tuvo sed. Y hambre. Durante muchas décadas. Cuarenta largos años en los que estuvo condenada al subdesarrollo: precisamente, el mismo tiempo que le costó recuperar el derecho a utilizar las urnas.

(Ignoro si los dirigentes del PP como Mariano Rajoy o Javier Arenas sienten, en lo personal, sed de urnas o de cualquier otra cosa. Pero, a juzgar por la foto que encabeza esta entrada, mucha hambre no pasan)

3 comentarios:

  1. Aramburu con la iglesia hemos topao¡¡¡ (una bromilla).

    Uff que complicado, entiendo tu queja en vez de prestar servicio y más en este tiempo tan complicado de crisis no desaprovechan la oportunidad para crispar más el ambiente en pos de ellos. Pero bueno es el juego de la política ¿no? tú sabes de esto más que yo (un día te googleé y leí cosillas)y no creas que lo digo con resignación es más bien comprensión de conjunto.

    Indudablemente la crisis no ha sido provocada por el PSOE de Zp, son varios factores como ya todos sabemos y además el agravamiento mortífero con la caída de la construcción. Pero la gestión de Zp ha sido muy ineficiente y cuando se erra tanto se debe marchar y dar relevo.

    La pena de todo este desgobierno es que lo pagará el Estado del Bienestar y con ello los ciudadanos. Recortes por todas partes que mermarán nuestras libertades, empobrecimiento de las ideas, exaltación nacionalista... no sé si me explico, una nefasta gestión daña sobretodo un ideario progresista en favor de un autoritarismo.

    Ya sabes, no desaproveches unas crisis, algunos lo llevan a raja tabla ;)

    Cuídate.

    ResponderEliminar
  2. rajatabla...llevo muy mal cometer faltas de ortografía :)

    ResponderEliminar
  3. Hola, Esperanza; bienvenida de nuevo.
    No estoy yo muy de acuerdo con eso de la gestión nefasta. En lo social, no te lo compro. Los ciudadanos de este país (los autóctonos y los que no lo son, lo cual no es un matiz baladí en el mundo en que vivimos) disfrutamos de un sistema de derechos que puede ser la envidia de cualquier sociedad avanzada. ¿En lo económico? Me temo que a alguien le ha tocado bailar con la escoba, sí: capear una crisis de proporciones mundiales pero que parece que solo afecta de los Pirineos para abajo... Y no me parece justo achacar a una persona (o a un Gobierno) más responsabilidad que la que deba asumir. Porque, ¿dónde está Irlanda, la gran referencia para los colegas neocons hasta hace quince días? El mundo entero está sufriendo los efectos de un crash digno de una peli de 007, como si lo hubiese causado una organización de facinerosos que pretende dominar el planeta... ¿Que estamos jodidos? Pues claro. ¿Que somos más pobres? Evidente, porque hemos perdido nuestros trabajos, nuestras casas valen menos, y nuestros hijos lo tienen incluso más en chino que nosotros. Lo que digo: pobres y jodidos. Pero, ¿quién coge esa mosca por el rabo? Me resisto a pensar que hay quien tiene una varita mágica. Y llevo mucho tiempo escuchando 'por lo bajini' algunas recetas que me dan miedo: todas ellas apuntan a recortes generalizados en todo aquello que afecta y protege a quienes menos tienen: despedir y privatizar son dos verbos que me resisto a conjugar. Y entiendo a quienes prefieren que el tsunami pase por encima de ellos antes que traicionar sus ideales. Así me va, claro.

    ResponderEliminar