miércoles, 4 de marzo de 2009

Re-revista de prensa

Releo los titulares de los periódicos de ayer. Es una terapia para tratar de hacer frente al torbellino que nos arrastra de forma constante; y a la hiperinformación a la que estamos sometidos y que hace que nos parezca razonable que el móvil te suene mientras hablas con el fijo y tecleas una dirección de internet, justo en el momento en que te salta una alerta de un buscador de noticias que es simultánea con un sms que se te cuela en el celular...
Total, que 24 horas después me cuesta incluso ver las cosas con cierta perspectiva. Ni siquiera el tratamiento recibido hoy por diferentes informaciones aparecidas en los medios ayer despeja dudas sobre lo que importa de verdad, lo que es accesorio y lo que no deja de ser pintoresco.
Yo pensaba que la noticia de ayer (con su consiguiente seguimiento hoy por los medios) sería la constante escalada del desempleo. No porque represente un hecho exclusivo de nuestro país, ni mucho menos; sino porque la angustia en la que la práctica totalidad de los medios de comunicación viene instalando a sus lectores/oyentes/televidentes cualquier día en que no sucede nada parecía aventurar una nueva entrega del apocalipsis por fascículos, con motivo de la publicación de los datos del paro del pasado febrero. Unos datos que arrojan que España suma casi tres millones y medio de demandantes insatisfechos de empleo: esto es, de parados. Y eso, por más que no haya Gobierno ni siglas que deban cargar sobre sus espaldas con unas consecuencias de una crisis globalizada que escapa por completo a sus competencias, es como para que los medios (ayer y hoy, sí) se paren un momento y reflexionen.
Pero no: hete aquí que los informativos de radio y de televisión, así como las páginas web de los periódicos nacionales parece que apuestan por otros asuntos de mayor 'calado social', entre los que no voy a entrar a glosar los supuestos casos de espionaje en la Comunidad de Madrid ni de financiación irregular de algún partido político (ambos con una destacada presencia). Ni la sanción impuesta por la Junta de Andalucía al ya ex ministro Bermejo por el desagradable episodio de la cacería de ciervos. Un episodio que, como ya he dicho en ocasiones anteriores, fue fundamentalmente desagradable para los malogrados ciervos, que se vieron obligados a tiro limpio a presentar su dimisión inmediata e irrevocable como miembros de la comunidad de ungulados.
Porque esas emisoras y periódicos parecen haber olvidado prácticamente la que, insisto, considero la noticia del día. Y no crean que la trascendencia de la misma ha sido superada por otras que podrían aparecer como rivales, tales como las negociaciones para la formación de gobierno en Euskadi. No, lo que llega de allí es más bien ruido y fuegos de artificio; pendencias de bar de madrugada antes de que la aritmética parlamentaria comience a funcionar en los próximos días. La noticia política de 'máxima relevancia' ha venido hoy de Galicia: la 'cuestión de estado' hace referencia a si el presidente in péctore de la Xunta debe mantener el Audi que compró su antecesor o si debe respetar su compromiso de sustituirlo por un Citroën que, lejos de lo que él pensaba, no se fabrica en la factoría del grupo francés PSA en Vigo sino en la bastante más francesa localidad de Rennes. Haga lo que haga, Núñez Feijóo habrá metido la pata. ‘Vendiendo’ un supuesto ahorro y un evidente populismo, se encuentra ahora abocado a realizar un gasto absurdo y a que se le note el ‘popularismo’. Pero supongo que eso le preocupará relativamente poco, sabiendo que cuenta con cuatro años asegurados de mayoría absoluta. Y que cuatro años, aparte de dar tiempo para que se muera mucha gente, supone casi un océano para la memoria colectiva.
Uno de los asuntos que trae hoy locos a los españolitos y españolitas (al menos eso cabría deducir del despliegue mediático a su alrededor) es sin duda la subasta de las gafas de Gandhi... Bueno, las gafas, unas sandalias, un cuenco y algunos enseres más, al parecer todos ellos enormemente importantes para la identidad del pueblo indio. Entiéndaseme sin atisbo alguno de ironía, por favor, sino con el máximo de los respetos que tal asunto puede despertarme. El mismo respeto que reclamo al mantener mi prevención sobre lo que habría que escuchar de alguno de los gurús del periodismo patrio tan sensibilizados con este particular si las aparentes reliquias procedieran de algún destacado protagonista de la historia de este país; cuando no de alguna de sus comunidades autónomas…
Casi igual de importancia ha tenido otro acontecimiento histórico-informativo acaecido en las últimas horas, como es que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha declarado nula de pleno derecho la retirada, en 2005, de la última estatua ecuestre de Franco que se mantenía en la Villa y Corte. A tenor de la escalofriante información leída hoy en un periódico madrileño, la sentencia (no menos escalofriante, por cierto) establece sin embargo que no procede la reposición de tan insigne obra de arte a su emplazamiento de la Plaza de San Juan de la Cruz porque, cito textualmente, "carece de finalidad práctica". La lectura directa del documento emanado del tribunal aclara las dudas que la crónica periodística podría generar acerca de las posibles dudas que pudieran siquiera plantearse los magistrados sobre la eventual finalidad práctica de ésta o cualquier otra estatua ecuestre de las que en el mundo han sido (sin duda uno de los artilugios más versátiles creados por la mente humana para impulsar el progreso de la sociedad y más concretamente). El mismo establece que la reposición debería ser seguida de su inmediata retirada. De ahí que considere que tal reposición, "carente de finalidad práctica" se trataría de "un mero simulacro efectista, vacío de contenido".
Visto lo visto, la gran noticia del día es que se ha descubierto tejido cerebral en un fósil de un pez con unos 300 millones de años de antigüedad (de los tiempos del programa del mismo nombre presentado por Guadalupe Enríquez y Pepe Domingo Castaño). Y lo es, fundamentalmente, por tres razones:
Una, porque el referido descubrimiento me trae a la mente una labor apasionante como estudiar lo que este mundo fue, hace tantos años que nos es imposible comprender todo lo que ha podido pasar desde entonces, para tratar de anticipar qué podrá ser de ‘nosotros’.
Dos, porque me parece, de verdad, lo más interesante de todo lo visto en los distintos medios de comunicación que me he podido echar a la cara. Y lo único que, siendo de una naturaleza radicalmente diferente a la actualidad de lo cotidiano que nos rodea, puede aspirar a pugnar con ella por captar nuestra atención y nuestro verdadero interés.
Y tres (aunque tal vez ésta sea la razón más importante de ellas), porque ya empezaba a estar un poco harto del chistecito ése en el que un mentalista vasco que intenta dominar a los inquilinos de un acuario acaba sometido por uno de ellos. Aunque tenga mis serias dudas, no seré yo quien reste validez a esa leyenda ni quien diga que ese episodio jamás haya podido suceder. Porque, ¿y si el del chiste era un pez fósil de éstos? ¿Eh, graciosillos? ¿Ahora qué?

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